Naviera Armas firmó este miércoles un contrato con el astillero vigués Hijos de J. Barreras para que la firma gallega se encargue de dar forma a un nuevo buque para la compañía canaria, según confirmaron a este periódico fuentes cercanas a la empresa. El barco será un ferri Ro-Ro (esto es, para transporte de pasaje regular y mercancía rodada) similar a los que conforman la mayoría de la flota de Armas, aunque los superará al alcanzar los 190 metros de eslora y las 10.400 toneladas de acero. Tendrá capacidad para 1.800 pasajeros, lo que, según subrayan desde Armas, lo convertirá en el momento de su entrega en el mayor de su clase construido en España.

El nuevo contrato supone el retorno de la naviera canaria a Galicia, donde contó con Barreras como astillero de confianza para construir la mayor parte de los ferris que la canaria incorporó a su flota durante la última década. De las gradas del astillero en la viguesa avenida de Beiramar ya surgieron el Volcán de Tinamar o más recientemente el Volcán del Teide, que en la actualidad cubre la ruta entre la Península y Canarias fletado por la naviera FRS Iberia. De hecho, el ferri cuya construcción arranca ahora será en realidad una versión actualizada de estos dos buques, sobre cuyos modelos se han introducido mejoras de cara a este proyecto.

El ferri que ahora anuncian Armas y Barreras estuvo a punto de tener una historia muy diferente. De hecho, en principio no iba a ser construido en Galicia, sino en Asturias por Armón, y se llegó a firmar un acuerdo en verano de 2016 que debido a varios problemas técnicos -la necesidad de mayor calado en la zona de botadura, debido a las grandes dimensiones del buque- acabaron por impedir su construcción en el principado, según publicó en su día el Faro de Vigo.

A la espera de la CNMC

La construcción del ferri en Vigo había sido adelantada en varias ocasiones a lo largo de este año por el presidente de Barreras, José García Costas, aunque sus anuncios sobre una entrada en vigor inminente del contrato nunca se veían correspondidos con una confirmación oficial por parte de Armas. La naviera optó por esperar a la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sobre la operación de adquisición de la mayoría accionarial de Trasmediterránea antes de embarcarse en nuevas construcciones. Ahora, una vez despejado ese camino y tras varios meses de rodaje de las dos compañías bajo una misma dirección -Antonio Armas asumió la presidencia de Trasmediterránea a comienzos del pasado julio-, Armas retoma los proyectos navales que habían quedado pendientes.

En el retraso en la firma del contrato también tuvo que ver la intensa actividad desarrollada en Hijos de J. Barreras durante el último año. De hecho, la atarazana viguesa no dispuso de gradas libres hasta este lunes, cuando tuvo lugar la botadura del primero de los cruceros de lujo que construye para The Ritz-Carlton Yacht Collection.

Esta no es la única embarcación de nueva construcción que la naviera incorporará en los próximos años a su flota. La compañía firmó en mayo de 2017 un contrato con los astilleros australianos Incat para desarrollar un ferri rápido de 109 metros de eslora que tendrá capacidad para 1.184 pasajeros. El barco, cuya entrada en servicio está prevista en alguna fecha indeterminada del arranque de 2019, supone una mejora con respecto a los catamaranes con los que ya cuenta Armas, ya que dispondrá de 10 metros más de eslora y espacio para unos 200 pasajeros más que el Volcán de Teno o el Alborán, que en la actualidad cubren el puente marítimo entre las dos capitales canarias. Naviera Armas también se encuentra en plena construcción de una nueva terminal de pasajeros en el Puerto de La Luz. La compañía, que ya cuenta con línea de atraque para operar de manera simultánea cinco buques en sus pantalanes de La Esfinge, acelera para culminar los trabajos de edificación del inmueble.