El buque 'Juan Carlos I' acerca el trabajo de la Armada a cientos de personas en Las Palmas de Gran Canaria

La jornada de puertas abiertas para visitar el barco atrae a curiosos y amantes del mundo naval de todas partes de la isla, y de fuera, para conocer sus secretos y golisnear

Entre lo que más sorprende, el tamaño y la organización a bordo

Jornada de puertas abiertas del buque Juan Carlos I

C. T.

No todos los días se tiene la oportunidad de ver un buque de la Armada española por dentro. Y menos si se trata de la joya de la corona. El portaeronaves Juan Carlos I, tras unas maniobras en aguas próximas a El Hierro, ha recalado en la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria antes de poner rumbo de nuevo hacia puerto base en Rota, Cádiz. Y ha abierto sus puertas al público, despertando el interés de cientos de personas que han llegado desde distintos puntos de la isla, pero también de fuera de ella, en esta primera jornada. De hecho, una pareja vino desde Tenerife este mismo sábado solo para poder verlo y descubrir sus secretos al enterarse que dejarían subir a bordo a la ciudadanía.

La frase que más se repetía entre quienes se acercaban hasta el Arsenal era "¡Wow, qué grande!". Ante ellos, aparecía, imponente, el que es el mayor buque de la Armada española, con sus 231 metros de eslora por 32 de manga. Un verdadero prodigio de la industria naval castiza, ya que fue armado en su totalidad en Ferrol. El orgullo, por tanto, se respiraba en el ambiente. "Es increíble que algo así saliera de un astillero de España", dijo un hombre de mediana edad a su acompañante mientras esperaba pacientemente en la cola para subir a bordo.

Entre esas personas impresionadas con lo que vieron, estaban Javier y Rosi, una pareja tinerfeña que no dejó pasar la oportunidad de poder ver un barco como ese desde dentro. "Y ya que no atracó en Tenerife, pues nos vinimos a Gran Canaria por la mañana para hacerlo aquí, y nos regresaremos este domingo", apuntó el hombre. Y es que, como bien destacaron, no todos los días se tiene esta oportunidad. El tamaño y la amabilidad y profesionalidad de la tripulación es lo que más les llamó la atención, si bien Javier aseguró que se esperaba todo lo que vio. Salvo la gran cantidad de gente que estaba haciendo cola: "Parece que despertó mucho interés".

Los más pequeños, encantados

La familia de Inmaculada Peñate Padilla fue una de las que también se animó a ir al Arsenal. "Esto es algo que hay que ver aunque sea una vez en la vida", remarcó la mujer, quien reconoció que arrastró al resto a que la acompañara. Los más encantados con ello fueron los pequeños Iker, de nueve años, y Maren, de ocho. El primero quedó entusiasmado por los aviones y helicópteros que viajaban en el portaeronaves, mientras que a la segunda, lo que más le gustó fueron las vistas al mar. Ambos fantasearon con poder ir dentro durante una temporada. "Yo soy muy aventurero", remató Iker.

El pequeño Julen, de siete años, salió del buque como un chiquillo con zapatillas nuevas. "Me gustó todo del barco, hasta las escaleras, la pista de aterrizaje, los aviones...", enumeró mientras sus padres y abuelo le observaban dar vueltas e ir de acá para allá, entusiasmo en vena. De hecho, fue tal su agrado que no le importaría quedarse una temporada y comenzar una peripecia en altamar, trabajando dentro con el resto de marineros -la dotación está formada por 295 personas, aunque en misiones puede llevar hasta a 1.500-. Al escucharle, sus padres bromearon: "Intentamos que lo enrolaran, pero no hubo forma".

Un tour por las entrañas del portaeronaves

Para Manuel, que acudió con su pareja y su padre a ver el barco, esto era "algo nuevo", ya que no había podido ver nunca antes un portaeronaves en vivo y en directo. "Nos gusta la Marina, es algo que llevamos un poco dentro, y por eso venimos hoy aquí", explicó el hombre, quien se enteró a través del periódico de que iba a abrir sus puertas al público y no lo dudó ni un segundo. El tour a bordo llevó a los visitantes por distintas dependencias del buque, incluidos los espacios en los que estaban los helicópteros y el dique para el desembarco de medios, así como la gran pista que tiene en la cubierta. Y es que puede albergar hasta treinta aeronaves, entre helicópteros medios y pesados, o bien entre diez y doce aeronaves F35B o AV-8B+, más un número similar de helicópteros medios.

Colas en los exteriores del Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria para poder entrar a ver el 'Juan Carlos I'

Colas en los exteriores del Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria para poder entrar a ver el 'Juan Carlos I' / Andrés Cruz

Para Fernanda y Rafael, en cambio, faltó algo más de explicación durante el recorrido, que compartieron con el resto de la familia, incluido un miembro que trabaja en el mismo Arsenal, y con quien estaban celebrando un cumpleaños este sábado. De ahí que decidieran visitar el buque insignia de la Armada. "Esta visita ha valido la pena solo por ver las entrañas de un barco como este", comentaron para luego añadir que lo más llamativo que pudieron ver fue la pista de cubierta.

Un coloso versátil y repetidor

Otro de los aspectos que más llaman la atención del Juan Carlos I es su mutabilidad. Así lo aseguró uno de los miembros de las familias Martín Ojeda y Escribano Hernández que, juntas, fueron al Arsenal a ver un barco militar más de su particular colección. "Hemos visto muchos barcos, pero ninguno como este: es muy versátil, tiene muchas funciones diferentes, y todas las hace bien", remarcó. Es más, además de pista para las aeronaves, también tiene un pequeño puerto a bordo, una zona inundable en la que pueden "atracar" otras embarcaciones.

La familia Díaz, con el pequeño Julen al frente, se preparan para subir la pasarela al interior del 'Juan Carlos I'

La familia Díaz, con el pequeño Julen al frente, se preparan para subir la pasarela al interior del 'Juan Carlos I' / Andrés Cruz

Esta no es la primera vez que el colosal buque hace escala en la capital grancanaria. Ya lo había hecho en febrero del año pasado, antes de partir rumbo a La Palma para recuperar las embarcaciones que ayudaron durante la emergencia provocada por el volcán de Tajogaite. Pero antes, en 2018, también recaló en el Arsenal de la ciudad para realizar otras maniobras conjuntas con la Armada italiana, que se hicieron de forma simultánea en Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. Y en su viaje inaugural, allá por 2011, estuvo por la isla, despertando mucho interés en la población. Este domingo, seguirá abierto al público entre las 10.30 y las 13.30 horas.

Suscríbete para seguir leyendo