Medio ambiente

Un año tras el zarpazo de ‘Hermine’

La mayor parte de las deficiencias que puso de manifiesto la tormenta tropical en Las Palmas de Gran Canaria continúan pendientes, como los semáforos y la canalización de Cañada Honda

Obras de estabilización de la ladera en El Confital.

Obras de estabilización de la ladera en El Confital. / Andrés Cruz / ANDRES CRUZ

El tremendo zarpazo de agua que arrojó sobre Las Palmas de Gran Canaria la tormenta tropical Hermine el 24 y 25 de septiembre del pasado año puso patas arriba muchas zonas del municipio y volvió a poner de manifiesto los puntos débiles de la capital, entre ello la insuficiente canalización de las aguas y el mantenimiento del barranco de Cañada Honda, cuyos vecinos tuvieron que lidiar con la entrada del agua en sus casas tras unas obras fallidas; o las averías masivas en los semáforos de la ciudad, algo que tampoco sorprende a nadie, porque los aparatos se bloquean cada vez que caen tres gotas. A veces, ni siquiera es necesario que llueva. Algunos de los incidentes que causó Herminia, como llaman al ciclón muchos canarios, se han corregido, como el paseo peatonal de San Cristóbal o la carretera de El Confital, pero el resto de deficiencias continúa pendiente.

El palo de agua, que dejó en algunos puntos del municipio hasta149 litros por metro cuadrado según datos del Ayuntamiento, produjo un total de 477 incidencias, que afectaron a carreteras, muros, alumbrado, árboles y edificios. Entre los percances, figura el hundimiento de la calle Luis Benítez Inglot o las inundaciones de muchas vías de Guanarteme o la zona del barranquillo de Don Zoilo, anegamientos que se repiten cada vez que caen algo más de cuatro gotas. 

Semáforos

Es el caso de los semáforos del municipio, buena parte de los cuales cayeron fuera de combate durante o después de la tormenta y así permanecieron, como mínimo, durante más de un mes.

El barranco de La Ballena sigue desembocando con sus basuras en la Las Canteras

El concejal de Movilidad José Eduardo Ramírez anunció en un pleno municipal de octubre pasado una inversión de medio millón de euros para cambiar los reguladores de tráfico en 52 cruces de la ciudad. El edil achacó los problemas a la antigüedad y no a la falta de mantenimiento, dado que el contrato de servicio forma parte de las decenas que están vencidos desde hace años. Aseguró que la renovación de la red semafórica se iniciaría con cargo a los presupuestos de 2022 o este año en los casos más urgentes. «Tenemos perfectamente identificado el problema y sólo tenemos que resolverlo», sostuvo hace casi un año Ramírez.

Fuentes de su departamento indicaron que en estos momentos se está trabajando en la cesión a la empresa municipal Sagulpa la gestión del sistema semafórico de la ciudad. Sagulpa se encargará, explicaron, del plan de despliegue y renovación de los semáforos, a través de una encomienda de gestión, pero no aclaró cuando está previsto que se inicie la instalación de las nuevas señales de tráfico.

El acceso de El Confital fue otra de las zonas afectadas por el aguacero, que dejó intransitable la carretera por los desprendimientos procedentes de la ladera. Apenas una semana después del paso de Herminia se iniciaron las obras para arreglar la carretera, que fue abierta dos semanas después. Las lluvias no solo afectaron a la carretera. Los operarios recogieron del paseo peatonal más de diez toneladas de tierra y piedra que la lluvia arrastró desde la ladera y acabaron en la plataforma.

Gran Canaria ya sufre las consecuencias de la alerta roja por el temporal 'Hermine'

Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: Agencias

Hace unos meses arrancaron las obras de estabilización de la ladera, que tienen como objetivo garantizar la seguridad de los usuarios de la zona y que estaban pendientes desde hace años. Se supone que esta actuación evitará o reducirá el arrastre de piedras por la lluvia.

En la otra punta de la bahía de El Confital, en la zona de la Cícer, en Las Canteras, sigue desembocando cada vez que llueve el barranco de La Ballena. El agua sucia del barranco arrastra a su paso la basura que va encontrando por el cauce y en ocasiones se mezcla con aguas negras. Al igual que los semáforos se trata de otro problema que lleva pendiente desde hace muchísimos años.

El pleno aprobó en diciembre de 2021 una moción del PP en la que el Gobierno municipal se comprometió a a definir, junto a Emalsa y el resto de instituciones, la solución definitiva al encauzamiento de la desembocadura, para evitar su desembocadura en plena playa. Se habló de iniciar los pasos en 2022 y el consistorio se comprometió a informar cada seis meses de las actuaciones de mantenimiento en el cauce, así como en el depósito de tormentas y las gavias. También se anunció la presentación de un proyecto para pedir fondos europeos con el fin de canalizar el barranco, pero hasta la fecha no se ha sabido nada.

Cañada Honda

Los vecinos y vecinas de Cañada Honda se ponen de los nervios cada vez que se anuncian lluvias. Se trata de una preocupación más que justificada porque el barrio ha sufrido inundaciones desde hace años y eso no es lo peor, como advierte el residente Roberto Zamora, porque antes se anegaban las calles, pero después de las obras fallidas, las escorrentías de agua, piedras y tierras se meten en sus casas. 

Un año después de la última inundación sufrida por el barrio, Zamora asegura que las cosas no han cambiado. Nadie del Ayuntamiento ha limpiado el barranco, ni las gavias, que no cumplen su función de reducir las escorrentías porque están repletas de tierra.

Cañada Honda, tras el paso de Hermine

Cañada Honda, tras el paso de Hermine / Juan Castro

Tampoco se ha arreglado el problema de la canalización realizada hace más de tres años, que en lugar de paliar el problema lo ha agravado. El pleno aprobó en octubre del pasado año una moción del PP, que estudiaría con el Consejo Insular de Aguas las medidas a implantar para minimizar o eliminar en los posible las consecuencias de la lluvia en Cañada Honda, una vez que Aguas hiciera un informe sobre el asunto. 

Paseo San Cristóbal

El temporal de Herminia empeoró la pésima situación en que se encontraba el paseo peatonal del barrio marinero de San Cristóbal, descalzó una parte del muro y agrandó el socavón que permanecía abierto debajo del paso. En este caso, Urbanismo sacó una obra de emergencia y en pocos meses se reconstruyó la zona afectada por el fuerte oleaje. Ahora queda pendiente de rehabilitar el resto del paseo, también muy perjudicado por el marote, que estaba previsto que se hiciese a través de la estrategia Edusi.

El Museo Néstor, cerrado desde hace seis años, sufrió inundaciones que se pueden repetir

También se arregló, por otro lado, el muro de la calle Cantabria, en la ladera de San José, que estaba a punto de caerse y al que Herminia le dio la puntilla.

Pendiente queda todavía la rehabilitación del Museo Néstor, que sufrió los efectos del aguacero con inundaciones y caída de cascotes. Seis años después de su cierre, la redacción del proyecto definitivo de rehabilitación aún no está terminado. Lo último que se hizo fue un estudio geotécnico para averiguar el estado del subsuelo y el origen de las humedades.

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Nuevo socavón en Benítez Inglott

El aguacero provocó un socavón de 15 metros en la calle Luis Benítez Inglott, en Escaleritas, que obligó a cerrar el tráfico. Este no fue el primer socavón que se produce en la calle. En 2017 también hubo problemas durante unas lluvias.

El Mirador de El Lloret se hunde

La chapuza de obra que hizo el Cabildo en el mirador del Lloret no aguantó el embate de Hermine, que hundió parte del terreno, por lo que la obra sigue vallada un año después.

200 incidencias en el alcantarillado

Hermine puso también en evidencia el pésimo estado de la red de alcantarillado. Hasta 200 incidentes se contabilizaron a lo largo del municipio en la red de saneamiento.

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