La borrasca ‘Óscar’ rompe los esquemas

Los científicos buscan respuestas al origen de la inusual borrasca que atravesó el Archipiélago la primera semana de junio

La borrasca Óscar deja lluvias en los municipios de Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana en Gran Canaria

Verónica Pavés

Verónica Pavés

La borrasca ‘Óscar’, que llegó a Canarias la primera semana de junio, se ha salido de los patrones establecidos. Ningún modelo que trate de revelar los impactos del cambio climático en el planeta ha podido prever que pudiera suceder algo así y, sin embargo, los investigadores creen que su aparición es un síntoma más de que el clima canario está cambiando de manera irremediable por ese aumento de temperaturas global.

La borrasca Óscar ha roto los esquemas. Pese a que la mayoría de la comunidad científica apunta a que el origen de este fenómeno ha sido el aumento de la temperatura en el Atlántico Norte, ninguno se atreve a relacionarlo, directa o indirectamente, con el cambio climático. La razón es simple: nunca hubieran sospechado que algo así pudiera suceder. Y sin embargo, para muchos esta anómala estructura es un indicio más de que el clima en Canarias está cambiando sin remedio.

Esta estructura que, con sus características de formación invernales, ha afectado al Archipiélago en pleno junio, se une a otras anomalías que en la última década han trastocado el clima isleño. La supercalima de marzo de 2020, el paso de la tormenta tropical Hermine en octubre de 2022, las intensas olas de calor de agosto de 2015 e incluso el huracán Leslie –que no llegó, pero se acercó peligrosamente a Canarias– son piezas del mismo puzle. Un rompecabezas que muestra que el cambio climático se encuentra más cerca de lo que creemos.

Al contrario que estos fenómenos, la borrasca Óscar no era esperable. «No podemos incluirlo en el contexto del cambio climático porque no había previsión de que esto sucediera», explica Juan Jesús González, físico especializado en dinámica atmosférica. Óscar ha pillado de imprevisto a la comunidad científica en peso, por tanto, en este caso, los estudios de atribución –aquellos capaces de vincular un fenómeno concreto con el cambio climático– son aún más que necesarios.

El fuerte viento por la borrasca 'Óscar' tira un cartel en la GC-1

C. A. C.

La mayoría de los científicos concuerdan en que el origen de esta rara borrasca ha estado en el aumento de la temperatura en el océano Atlántico. Durante todo el año, el termómetro de los océanos del planeta se ha situado por encima de la media, sin embargo, las anomalías son mayores en el hemisferio norte. A principios de año, la anomalía de la temperatura superficial del Atlántico norte ya se consideraba alta, de al menos 0,7ºC por encima de la media. Sin embargo, en mayo se empezó a elevar hasta llegar a casi un grado de diferencia con el periodo de referencia.

Este calor ha facilitado la evaporación del agua generando más nubes, que se han unido a un río atmosférico frío «altamente anómalo», que ha descendido una latitud suficiente como para generar una célula convectiva muy húmeda y cargada de vapor de agua y lluvia. «Las corrientes frías marinas de retorno están debilitadas por ese calentamiento y esa energía puede favorecer la ciclogénesis», explica David Suárez, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias.

En directo

Suscríbete para seguir leyendo