Entrevista | Mª Luisa Balaguer Magistrada del Constitucional

Mª Luisa Balaguer, magistrada del Constitucional: "La justicia es patriarcal porque la sociedad lo es"

La catedrática de Derecho recibe a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA tras ser reconocida en los XVIII premios anuales del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género

María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional: "La justicia es patriarcal porque la sociedad es patriarcal"

María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional: "La justicia es patriarcal porque la sociedad es patriarcal" / PI Studio

La defensa de la igualdad y la erradicación de la discriminación de género han sido dos pilares en la carrera de María Luisa Balaguer Callejón (Almería, 1953) en el mundo del Derecho. Magistrada del Tribunal Constitucional desde 2017, es partidaria de utilizar una perspectiva feminista y un lenguaje inclusivo en las sentencias, pero también en la vida académica.

Como magistrada progresista, se la conoce por publicar votos particulares a todas las sentencias con las que no está de acuerdo. Desde su posición en el intérprete supremo de la Constitución española, ejerce su particular derecho a no morderse la lengua. Lo hizo contra la desestimación de una querella por torturas durante el franquismo, con los recursos de amparo de los condenados por el procés o con la el estado de alarma. También fue popular su voto en la sentencia a raíz del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por 71 diputados del PP contra diversos preceptos de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Entonces, el TC resolvió "en clave de definición de un derecho de la mujer a interrumpir el embarazo, y de limitación de ese derecho en determinadas circunstancias para asegurar la defensa de la vida prenatal entendida como bien constitucionalmente protegido". Sin embargo, ella consideró que no había ningún derecho constitucional en conflicto, "en la medida en que el embrión y el feto son parte del cuerpo de la mujer y son la libertad (art. 17.1 de la Constitución) de esta, su dignidad (art. 10.1), su integridad física y moral (art. 15.1), su facultad para configurar su proyecto de maternidad (art. 18 CE), y su salud sexual y reproductiva (art. 43 CE)". Eran esos preceptos, los de la mujer, los únicos elementos con soporte constitucional expreso en el tema del aborto, en tanto que ella era "la titular plena de todos estos derechos reconocidos en la Constitución".

Por toda esta trayectoria, la también catedrática de Derecho acaba de ser reconocida en los XVIII premios anuales del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. Aunque asegura que para ella los premios nunca han sido algo importantes, reconoce que en este caso concreto, y por el razonamiento que hace el propio observatorio con respecto a los votos particulares y la perspectiva de género, le ha hecho muchísima ilusión. Que es agradable escuchar ese motivo cuando lleva toda su vida dedicándose precisamente a eso: a "hacer prácticamente militancia".

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA habla con ella en su despacho de la cuarta planta del Tribunal Constitucional, uno de los edificios más singulares de España. Su jersey verde y sus gafas y calcetines rojos resaltan entre el bronce de la construcción y las estanterías de madera, repleta de libros. Allí ha escrito y repasado alguna de sus numerosas obras y publicaciones, como Derecho, sexo y filosofía (Ed. Comares, 2023), del que nos da un ejemplar al finalizar la entrevista.

La princesa Leonor juró la Constitución el pasado 31 de octubre. ¿Qué importancia tiene este acto?

Me parece que es un acto muy importante. Primero, porque la Monarquía, en su última etapa, ha tenido un proceso de legitimación muy importante en relación con determinadas situaciones que han estado viviendo en España. Y, segundo, porque parece que estamos en una etapa de modernización de la Corona. Más allá de la ideología que se pueda llegar a tener en relación con la Monarquía o la República, es muy relevante que las instituciones funcionen y que las respetemos, aunque no estemos de acuerdo con algunas de ellas. Por lo tanto, me ha parecido un acto trascendental en el constitucionalismo y que da normalidad a la vida institucional.

La Magistrada del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer.

La Magistrada del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer. / Alba Vigaray

La heredera al trono es una mujer y eso es algo que se está resaltando algunos medio y sectores, mientras que otras voces aseguran que estamos ante un caso de purple washing, es decir, que se está utilizando para modernizar y feminizar la imagen de la monarquía, una institución que ha perdido popularidad en los últimos años, sobre todo entre los sectores más jóvenes y más progresistas. ¿Cómo lo ve usted?

Esto no tiene vuelta de hoja. Ella es una mujer y, además, es la mayor. Por otra parte, si hubiera habido un varón, lamentablemente el artículo 57 establece una discriminación en la propia Constitución con respecto a la línea de sucesión a la corona.

Pero yo no alcanzo a ver nada de eso. En la jura se dio un acto de normalidad institucional donde se ha visto una familia moderna; un contexto familiar agradable que acoge a una chica que todavía es joven y, sin embargo, se ve muy responsable y razona su responsabilidad en público, que no debe ser fácil esa edad.

Nombra el artículo 57.1 de la Constitución Española. ¿Cómo se defiende que exista un artículo que anteponga un varón a una mujer en la Constitución que es como la norma fundamental?

Desde el principio, y en la fase constituyente, hubo intervenciones parlamentarias que intentaron evitar ese artículo, hecho que no se consiguió en su momento. Posteriormente, en el año 2004, se llevó a cabo un intento de reforma de la Constitución. Por aquel entonces se generó un debate doctrinal muy importante con respecto a si se podía, en una reforma constitucional, eliminar esa segregación.

Como finalmente no se llevó a cabo la reforma, el artículo sigue ahí. Pero hay quien ha hablado de una norma inconstitucional en la Constitución. Hay varios artículos doctrinales en relación con eso.

¿Por qué no se ha cambiado? ¿Se teme que al abrir el candado constitucional para una reforma así, en la que, en principio, hay un consenso prácticamente absoluto entre los partidos con más representación en España, pueda servir para introducir otros cambios con menor consenso?

Nuestra Constitución es muy rígida. El sistema de modificación constitucional y de reforma constitucional, sobre todo en determinados artículos, es agravado. Requiere una mayoría cuantitativamente muy importante. Eso no es fácil de conseguir.

Cuando hubo la reforma de los Estatutos de Autonomía, entre los años 2005 y 2010, se habló de esa reforma constitucional en términos de distribución territorial. Ahí volvió a haber una inercia para llevarla a cabo, pero no es fácil. La Constitución española se ha reformado solo dos veces en artículos y cuantías mínimas por esas dificultades.

¿Pero llegará, tarde o temprano?

Se supone que sí. También es cierto que todavía no ha sido necesaria la modificación, lo que ha favorecido esta situación.

¿Es importante con la institución como la monarquía tenga representación femenina?

Esto dependerá de lo que la representación femenina considere y del cuadro de valores que de ahí se puedan desarrollar. Más allá de lo que la mujer, por esa condición, soporta en su cuerpo en relación con sistemas como la prostitución o los vientres de alquiler, el feminismo históricamente viene demostrando que, desde un punto de vista cualitativo, se puede mantener una posición feminista siendo hombre. De hecho, cada vez hay más hombres que se apuntan al feminismo.

Aunque también es cierto que el feminismo ha sido siempre un movimiento protagonizado por mujeres.

Ahora mismo un porcentaje altísimo de la escuela jurídica está formada por mujeres. Hay más mujeres que aprueban las oposiciones para juezas y fiscales. Esto va a hacer que en el futuro sea más factible que se juzgue con una perspectiva feminista?

En términos generales, en mi ejercicio profesional no he notado una diferencia importante en cuanto a la perspectiva feminista, o el feminismo jurídico, si bien es cierto que hace bastante años que dejé el ejercicio libre. Tampoco en la universidad.

María Luisa Balaguer en su despacho.

María Luisa Balaguer en su despacho. / Alba Vigaray

Cuando la teoría feminista es acogida socialmente, o cuando entra en vigor una norma como la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que es la que da origen a la perspectiva feminista o la perspectiva de género, todo va a depender de la mentalidad que pueda llegar a tener cada profesional. Pero no es menos cierto que son estas mujeres juezas y abogadas en ejercicio las que están siendo discriminadas con respecto a un mundo que es patriarcal. No lo digo únicamente en cuanto a su profesión, sino en su devenir, en su situación y en el cuidado de las personas, mucho más versado hacia ellas. Y suele ser el grupo que está discriminado el que tiene más conciencia. Aunque no ocurre ya en todos los lugares.

En los últimos años, ¿se ha avanzado hacia una argumentación judicial libre de estereotipos de género?

Se ha avanzado bastante, tanto en la jurisdicción ordinaria como en la jurisdicción constitucional. Porque, más allá de utilizar una perspectiva de género, se ha progresado mucho legislativamente. Por ejemplo, nosotros hemos conocido aquí recursos de inconstitucionalidad sobre la posibilidad de modificación del Código Civil para que hombres que habían ejercido la violencia de género tuvieran la retirada la custodia de sus hijos o del régimen de visita. Esto es utilizar la perspectiva de género de todas, todas

En relación con el tema del aborto, la sentencia del Tribunal Constitucional valida cuál es la situación del cuerpo de la mujer en una situación de riesgo para su salud. No solo se centra en la posibilidad del término del embarazo.

Igualmente, en alguna otra sentencia sobre recursos de amparo sobre partos naturales, hemos tenido que estudiar si debía existir o no una perspectiva de género en la sanidad para resolver todo este tipo de situaciones. Es la misma realidad social la que va obligando a que se genere el desarrollo de esta perspectiva de género.

Más allá de eso, ¿se va formando a jueces y jueces en perspectiva de género?

Desconozco el programa actual, aunque supongo que el Observatorio de género lo tendrá como una de sus funciones.

Aparte de eso, hay un contagio social. Es decir, la sociedad ha madurado en relación con el feminismo de una manera importante. Hoy en día está en la primera agenda política.

La conversación tiene lugar dos días después de la jura de la Constitución de la princesa Leonor.

La conversación tiene lugar dos días después de la jura de la Constitución de la princesa Leonor. / Alba Vigaray

Con las rebajas de penas y excarcelaciones a raíz de la Ley de solos y es sí el Ministerio de Igualdad acusó a los jueces del machismo. ¿Podría haberse interpretado la norma de una forma que no hubieran llegado a las más de 1200 rebajas de penas y de creo que son 120 excarcelaciones?

No soy especialista en Derecho Penal, por lo que no puedo contestar. Lo que sé es que, con la modificación de la norma, ni siquiera quedan recursos pendientes. No conozco que haya llegado nada al Tribunal Consititucional.

¿Es la justicia patriarcal?

Claro, la justicia es patriarcal porque la sociedad, el matrimonio o la empresa son patriarcales. De lo que se trata precisamente es de que una sociedad moderna y avanzada tecnológicamente pueda ir poniendo todas las bases para que haya cambios en la sociedad. El tener una situación de igualdad con respecto a los hombres en situaciones elementales, pero que condicionan su vida, es una aspiración de justicia por parte de las mujeres.

¿Cuándo llegaremos a eso?

A lo mejor nunca, pero que desde luego eso no significa que no tengamos que trabajar por ello. Porque por la justicia se trabaja. Quizá con los años exista otra sociedad con otras condicionantes, pero a mí me parece importante que exista esa conciencia social.

¿Qué importancia tiene el lenguaje inclusivo dentro de la justicia?

En la justicia y, en general, el lenguaje inclusivo es una vieja aspiración del feminismo que, por el momento, no se ve respaldada por la Real Academia de la Lengua.

Hace unos años escribí un artículo sobre lenguaje de género donde exponía que pensaba que se podía hacer sin desdoblamiento, pero falta voluntad para hacerlo. Y eso, por el momento, tiene mucha solución. A pesar de que yo, por ejemplo, intento cuidarlo en mis resoluciones. Siempre que puedo, utilizo una palabra neutra.