La crónica / Antepenúltima jornada

Las Palmas-Villarreal B: Gatillazo y patinazo de la UD ante 28.482 almas

El once de Pimienta, que se había adelantado con un tanto de Sandro, se desintegra y entrega un empate ante un filial(1-1) -Sin Viera, Pejiño y Moleiro, los isleños desaparecieron -La calculadora de la gloria salta por los aires

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Un desliz sin justificaciones. Lo nunca visto. Esclavos de la improvisación y el desencanto. Un empate amargo para perder el sentido (1-1). El chárter se quedó sin combustible. Cuando todo parecía listo para el baile mágico y la sinfonía, llegó el colmo de la fatalidad con un empate ante el Villarreal CF B como un pecado mortal. El tanto de Sandro Ramírez (26') fue equilibrado por el de Mbacke (81') en el segundo palo y tras una serie de rechaces. Sin los poetas, con Jonathan Viera, Alberto Moleiro y Pejiño en la banda, la UD fue devorado por el pulmón y el espíritu del Submarino Amarillo. Un filial que te deja contra las cuerdas y desnuda tus miserias. Un inicio brutal y luego toneladas de dudas.

La segunda parte fue un acto de delirio, con cerca de 30.000 incondicionales arropando a un equipo que ya no depende de sí mismo. Tras una primera parte potente y con dos palos de Pejiño, no bastó la mejor versión de Viera y Kirian.

Con los cambios en la segunda parte, la UD quedó reducida a cenizas. El conformismo y vivir de las rentas pasa factura. Cuando te jugabas la vida, ante su afición, irrumpió la versión plomiza y conservadora. Ontiveros hizo lo que quiso y ahora tendrás que apurar tus opciones en el Municipal de Cartagonova. Los 'pimi-experimentos' pueden costar un ascenso.

Un inicio de película

El pulso comenzó con una ocasión de Millán y el azote de Pejiño con un disparo al palo y en el 14', la segunda madera de una UD tremendamente superior. Pero se estaba preparando un señor batacazo. El hasta ahora líder perdió su privilegiada posición con un nuevo tropiezo en casa, el quinto consecutivo, ante un buen rival que pescó en el tramo final del partido el punto que necesitaba para continuar. La noche en la que no se podía patinar, llegó la pesadilla total.

La primera parte contó con toneladas de electricidad y toneladas de ocasiones en las dos porterías, con dos disparos de Pejiño a los palos, uno con cada pierna, y un gol anulado al visitante Fer Niño por fuera de juego en una rápida transición, todo ello en unos primeros veinte minutos trepidantes. Incluso, los visitantes se toparon con la madera.

Sandro ejerció de Araujo con un fuerte derechazo a la escuadra, con algo de suspense, después de que el vídeo arbitraje corrigiera la decisión. Pase de oro de Kirian y Álvaro Lemos que validaba la posición. Pero los filiales nunca se rinde, el Villarreal B lució cintura. Leal mandó el cuero al palo y Valles taponó un disparo de Tasende.

Los cambios y el desastre

El descanso elevó el caudal creativo del Submarino Amarillo. Tras un saque de esquina, Mbacke encontró el empate con un remate de cabeza que pilló a contrapié a Valles, un cúmulo de errores. Óscar Clemente evitaba el fuera de juego. Con todo a favor, la UD insiste en estirar el suspense. El cuadro de Pimienta se baja del chárter de la ilusión.