La adaptación del nuevo ‘6' de la UD Las Palmas

Kirian progresa en su nuevo rol de timonero y se convierte en el jugador de campo con más minutos, junto a Álex Suárez.

Su gran final en el curso pasado le abrió la puerta.

Con balón, el de Candelaria ha sido decisivo en la mejoría del equipo, con un gol al Granada incluido.

Kirian Rodríguez (centro), junto a Enzo Loiodice en el entrenamiento de ayer en Barranco Seco.

Kirian Rodríguez (centro), junto a Enzo Loiodice en el entrenamiento de ayer en Barranco Seco. / laprovincia.es

Lleva el dorsal 20 y, quién sabe, puede que porte el 21 dentro de más bien poco, pero la posición en la que juega es la del seis, lo que ya supone una novedad para él, porque su rol en el equipo para el presente curso quedó bien definido en la pretemporada: contaba más como mediocentro que como interior. Ya había terminado la campaña anterior en ese lugar, pero había sido por una lesión del que era titular hasta entonces, Omenuke Mfulu, pero su gran aportación al ascenso en los partidos finales convenció tanto a Xavi García Pimienta como a Luis Helguera de que el timonel en la máxima categoría debía llevarlo él.

Y ha convencido sobre todo cuando el equipo tiene el balón. La progresión ha sido evidente, tanto que hasta el propio jugador lo reconoció justo después de que la UD Las Palmas sumara en Villarreal el domingo pasado su tercera victoria (1-2). El de Candelaria aseguró que «poco a poco» va adaptándose «más a la posición de pivote». «Cada vez puedo recibir un poco más solo. Ahí es cuando se nota que estoy mejor posicionado», agregó en el mismo sentido.

De alguna manera, ha tenido que adaptarse a un posición distinta a la de interior, que le permitía llegar con mayor asiduidad al ataque. De hecho, cuando marcó su golazo al Granada lo hizo en un momento del choque en que formaba parte de un doble pivote porque el equipo se había quedado con uno menos por la expulsión de Mika Mármol, por lo que pudo descolgarse varias veces hasta que en la última se sacó un control y un zurdazo, con rosca, a la escuadra.

Revivió entonces los momentos de felicidad de la temporada 2021-22, cuando perforó la portería rival hasta en cuatro ocasiones con disparos desde fuera del área, una en el Heliodoro, y tres consecutivas ante el Leganés, la Ponferradina y el Amorebieta. La UD, bajo el mando del técnico catalán, había encontrado en él y en Jonathan Viera a una pareja de interiores de fantasía con la que el cuadro amarillo logró alcanzar el playoff en el mejor final de curso de su historia, sin embargo, el cáncer frenó al tinerfeño.

Primero peaje, luego premio

Por fortuna, lo superó, pero el peaje deportivo fue perderse nueve meses de competición en los que Loiodice, que en el momento del despegue de la UD hace dos cursos estaba de baja por una operación de hombro que le iba a tener fuera hasta la temporada siguiente le sustituyó, con buen rendimiento.

Kirian pudo debutar por fin a finales de abril, aunque estaba en condiciones de hacerlo un mes antes, pero la lesión de Mfulu le abrió definitivamente la puerta. Coincidió con el francés y el capitán, que estaba renqueante, y la UD funcionó con él en la manija.

Bastaron un puñado de partidos para que el entrenador y la dirección deportiva se convencieran de que el de Candelaria tenía que ser el mediocentro en Primera, junto a Nuke y Fabio, que cayó lesionado en la pretemporada y por eso llegó Perrone, pero para jugar más como interior. El argentino como interior y Kirian como mediocentro: era el plan establecido.

Y la ejecución es positiva, si bien a nivel defensivo el tinerfeño se ha visto superado en ocasiones. Forma parte de la progresión adecuada del nuevo seis.

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