Araujo vuelve después de dos meses y pide paso en el once de la UD Las Palmas

Su última aparición sustancial antes de la de Madrid fue en Bilbao, en su mejor estado

En octubre perdió su sitio como titular por una lesión y lo recuperó tras su reaparición

El gran momento de Álex Suárez y la confianza de García Pimienta en Coco suponen un lío para el técnico

Julián Araujo (centro), en una acción de la segunda parte en el Metropolitano.

Julián Araujo (centro), en una acción de la segunda parte en el Metropolitano. / Lof

Algo raro debió de sentirse Julián Araujo el sábado pasado cuando en el minuto 58 del partido entre el Atlético de Madrid y la UD Las Palmas saltó al césped del Cívitas Metropolitano. Llevaba dos meses sin jugar un partido de LaLiga salvo los minutos de la basura del duelo anterior ante el Valencia, o sea, nada, y por fin volvió as sentirse útil. En la temporada de su preparación para intentar dar el salto al FC Barcelona el curso que viene, seis partidos sin jugar prácticamente son muchos. Ahora, el mexicano espera recuperar su sitio.

Porque así lo hizo la última vez que desapareció del equipo titular, en aquella ocasión por una lesión que sufrió en el partido frente al RC Celta de Vigo en el Gran Canaria. La jornada siguiente, en Villarreal, ni siquiera estuvo convocado, y cuando por fin pudo estarlo, ante el Rayo en casa, fue suplente porque el que le había suplido en su ausencia, Álex Suárez, había cumplido con creces en su posición.

Así, el mexicano salió desde el banquillo durante cinco encuentros, el último de ellos en el Benito Villamarín, donde el equipo mejoró en la segunda parte, cuando entró, en busca del gol del empate que nunca llegaría. Quizá por esa mejoría, quizá porque el equipo había perdido y el entrenador buscaba un cambio, Araujo volvió a ser titular a partir de diciembre, cuando mostró su mejor nivel.

Regreso y gol

En el primer duelo, frente al Getafe, incluso marcó un gol, el único suyo en Liga, de cabeza. Antes, en Manacor, había logrado otro en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. También completó muy buenas actuaciones en Vitoria, donde fue de los mejores en la resistencia ante el Alavés, ante el Cádiz y, sobre todo, contra el Athletic Club de Bilbao. En aquel duelo dramático de San Mamés, secó a los hermanos Williams. No volvió a participar en la competición liguera de forma sustancial hasta que lo hizo el sábado pasado en Madrid.

Porque en el primer encuentro tras el parón navideño, el inicial del año 2024, no pudo participar frente al FC Barcelona porque su club de origen había incluido la llamada cláusula del miedo en el contrato de cesión. Tres días después, el mexicano fue titular en el duelo copero en Tenerife y propinó un cabezazo a Nacho que significó su expulsión.

Araujo, en acción duerante el choque ante el Atlético.

Araujo, en acción duerante el choque ante el Atlético. / Lof

La sanción, quizá algo excesiva, fue de cuatro partidos, por lo que había de cumplirlos en Liga. Los recursos de la UD para intentar reducir el castigo no sirvieron y el lateral tuvo que perderse las citas ante el Villarreal, el Rayo Vallecano, el Real Madrid y el Granada. Mientras, participó en un par de amistosos ante equipos escandinavos en Barranco Seco.

Hasta que al fin saltó ante el Valencia en los minutos finales y frente al Atlético durante más de media hora. Se le vio bien a nivel físico, aunque errático como todos. En cualquier caso, fue protagonista de un par de robos y de otras tantas incursiones por la derecha que generaron peligro para la peor UD de la temporada, por lo que por ahí tiene una vía para regresar a la titularidad.

El rompecabezas del entrenador

Como añadido, el equipo perdió, y si el técnico tiene en cuenta que el contexto es el mismo que cuando devolvió a Araujo al once la vez anterior, este sería titular el domingo (17.30 horas) ante Osasuna en el Gran Canaria. La defensa, además, hizo su peor partido del curso en el Metropolitano, sin embargo, todos han rendido a un alto nivel en ausencia del mexicano. Álex Suárez aparecería como el gran sacrificado, como después del Villamarín. En todo caso, García Pimienta piensa en variaciones.