Una UD a lo Helenio Herrera

Paradójicamente, Las Palmas compite mejor con un jugador menos frente al Barça que cuando lo hizo durante 24 minutos con Valles en el campo

El plan B, forzado, sale bien

Kirian intenta dar un pase ante la presión de Sergi Roberto –20–, mientras Álex Suárez le persigue por detrás. | | LOF

Kirian intenta dar un pase ante la presión de Sergi Roberto –20–, mientras Álex Suárez le persigue por detrás. | | LOF / David Rodríguez

David Rodríguez

David Rodríguez

Por paradójico que resulte, a Las Palmas le vino bien jugar con diez hombres contra el todopoderoso Barça, como el extécnico azulgrana Helenio Herrera se aventuró una vez a expresar. En los 24 minutos que estuvo el equipo amarillo en igualdad de condiciones, las avalanchas sobre el área de Valles fueron constantes, y sólo el VAR estaba salvando a la UD de una goleada. Sin embargo, cuando el portero de La Rinconada vio la roja, precisamente por una de esas acciones de las oleadas rivales, entró en acción el plan B –u otro–, con el que los amarillos compitieron mucho mejor el resto del choque.

Se perdió, el resultado es inequívoco, pero la sensación que dejó Las Palmas en el feudo de un equipo que está en los cuartos de final de la Champions League, atacando el arco de Ter-Stegen en los minutos finales y con el público local silbando a su equipo, invita a la duda sobre si a veces el equipo puede romperse las vestiduras según en qué partidos y dejar a un lado el Cruyffismo.

Más allá de que el plan de atrincherarse fuera forzado por la expulsión de Valles, con diez jugadores el plantel insular no se descosió y pasó a una versión en la que apenas dejó agujeros en su espalda, esa que tanto ha sido castigada en el tramo de los nueve últimos partidos en el que la UD sólo ha conseguido un triunfo.

Pimienta defiende que su equipo tiene una identidad y que esa precisamente es la que le ha llevado a estar tranquilo en la clasificación a falta de ocho jornadas para la conclusión de la temporada. Nadie se lo va a discutir, pero con lo vivido ayer, se le puede preguntar al técnico que si es capaz de pecar con su religión.

¿Porque acaso no se hubiera sacado pecho si Moleiro hubiera metido el 1-1 en el tramo final del partido después de haber hecho la gesta espartana? Ya les aseguro que sí.

En la temporada pasada el técnico llegó a decir que en alguno de los partidos que jugó contra diez, le vino mal por las predilección combinativa de su equipo, ayer en Montjuïc, debió ocurrirle lo mismo pero al contrario.

No es que ahora Las Palmas tenga que convertirse en un equipo defensivo, pero se le puede cuestionar a Pimienta que por qué no vuelve a aquel pensamiento del inicio de la temporada pasada en el que también presumía de que su equipo tenía «plan A, plan B y hasta plan C».

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