Culpables de asesinar a Iván Robaina a patadas y sin que éste tuviera oportunidad de defenderse. El jurado popular no dudó y declaró ayer por unanimidad la culpabilidad de Oliverio Hernández Guillén, Acaymo Santana Travieso y Benjamín González Alonso en el asesinato de Iván Robaina, ocurrido la noche del 7 de diciembre de 2008 en las inmediaciones de la calle Franchy Roca. Los acusados se enfrentan ahora a penas que pueden ir de los 15 a los 20 años de prisión.

El jurado popular, que tardó casi 48 horas en deliberar, optó por dar validez a las tesis de la Fiscalía y de la acusación particular, que actuaba en nombre de los padres de Iván Robaina, y asumió que los tres acusados participaron de manera conjunta y complementaria para dar muerte al joven. Así, se da por probado que Oliverio Hernández jugó un papel "determinante" al propinarle de manera sorpresiva una primera patada a Iván, la que le tiró al suelo, situación de la que se aprovecharon Benjamín González y Acaymo Santana para darle al menos dos patadas más de "gran potencia y brutalidad" en la cara y la cabeza del fallecido.

El jurado desterró todas las pretensiones de los abogados de la defensa que buscaban minimizar la acción de sus defendidos e incluso culpar a Iván Robaina de provocar él mismo la pelea junto a sus amigos. También se rechazó la teoría de que la muerte de Iván pudo producirse por la mala manipulación de su cuerpo por dos sanitarios a los pocos minutos de producirse la agresión. Los jurados dieron por válido el informe forense que achaca la muerte del joven única y exclusivamente a las patadas recibidas.

El veredicto es claro al señalar que todo el incidente lo inició la actitud provocativa e "incordiante" de Oliverio, que pidió dinero de manera insistente a Iván y sus amigos. También reconoce a este acusado como incitador de la agresión ya que fue él quien llamó a Benjamín y a Acaymo al tiempo que "buscaba el enfrentamiento físico". Para dilucidar todo ello, el jurado reconoció que fue decisiva la visión de las imágenes captadas por la cámara de seguridad de la Consejería de Hacienda, aportadas como prueba por la acusación.

En este punto, el veredicto deja bien claro que las patadas en la cabeza de Iván, las que le provocaron la muerte, fueron propinadas por Benjamín y Acaymo ya que hasta el inicio del juicio el único que había reconocido su autoría era el primero de ellos. Los jurados llegaron a esta conclusión tras identificar un testigo las playeras con las que era pateado Iván y que se correspondían con las que calzaban esa noche los dos acusados antes mencionados.