Entrevista | José Vélez Cantante y representante de España en Eurovisión en 1978

José Vélez: «No me gusta 'Zorra', pero puede ser un pelotazo en Eurovisión»

«Con todo mi respeto, el festival ha perdido interés, aunque está resurgiendo»

«Actuar me llena de energía, el día que no sienta la pasión por la música que siento, diré adiós»

El cantante José Vélez, durante un concierto

El cantante José Vélez, durante un concierto / LP / DLP

Uno de los espectadores que hoy estarán delante de las pantallas de televisión siguiendo la actuación de Nebulosa será José Vélez, el artista de Telde que en 1978 representó a España con la canción Bailemos un Vals. Estos días prepara sus próximos conciertos, uno a final de mes en Lanzarote y, posteriormente, otro en Medellín y en otras ciudades americanas. Cruza los dedos para que Europa le dé el apoyo a la canción presentada por España.

Estamos a las puertas de una nueva edición del festival Eurovisión y se cumplen 46 años del momento en el que representó a España con la canción Bailemos un Vals. ¿Cómo recuerda la experiencia?

Era muy joven, tenía 26 años, así que me puse muy nervioso porque además estaba pasando por una etapa de mi vida fea. Había fallecido un hermano mío en un accidente con 22 años en Madrid y estaba pasando un duelo muy, muy triste cuando me avisaron de la compañía de disco de Columbia para ir a Eurovisión. En ese momento me quedé igual que estaba; no reaccioné.

El cantante José Vélez, en Las Palmas de Gran Canaria

El cantante José Vélez, en Las Palmas de Gran Canaria / José Carlos Guerra

Artistas conocidos

Entonces Eurovisión sí era importante e iban artistas que ya consolidados

Sí, de hecho fueron los más grandes, desde Mocedades a Julio Iglesias, Raphael... En aquel momento era algo impresionante y lo que hice fue a base de utilizar mi experiencia en el oficio, sin ilusión, aunque como soy un profesional traté de hacerlo lo mejor posible.

Ese oficio le permitió reaccionar al despiste de un músico, ¿no es cierto?

En aquella época el festival era en directo y Ramón Arcusa, que dirigía la orquesta, no sé si por olvido o por los nervios marcó un poco más rápido la canción y me dejó un poco descolocado, pero supe reaccionar.

Y no solo no fue un mal resultado, sino que la canción se hizo mundialmente famosa

Estoy muy contento del puesto en el que quedé. A veces me da un poco de a veces de tristeza que la gente solamente recuerde de José Vélez del Bailemos un Vals, cuando anteriormente y posteriormente he hecho canciones que han sido éxitos en muchísimos países, pero hay que reconocer que le debo mucho a esta canción.

Con una carrera como aval

En 1978, el año en el que participó en Eurovisión, ya le avalaba una carrera.

Sí, tenía Vino Griego, que había sido disco de oro y ya era muy conocido y tenía una trayectoria. También había sacado El canarito y había ganado el Festival de Sopot, en Polonia con el tema Romántica.

«Eurovisión fue para mí un trampolín muy, pero que muy importante»

José Vélez

A pesar de ello, ¿supuso para usted una plataforma para ampliar su proyección?

Sí, era una gran plataforma, porque mi tema entró hasta en Canadá, a donde tuve que ir a hacer televisiones, igual que en Bélgica. Allí funcionó muy, pero que muy bien porque la canción tiene una parte en francés. Fue número uno en esos dos países. En Francia también sonó muchísimo y en España, a rabiar y fuimos doble o triple disco de platino. Así que sí, Eurovisión fue para mí un trampolín muy, pero que muy importante.

Y siempre con Telde y Canarias por bandera

En aquella época solo existían La 1 y La 2 y la promoción que se hacía era a través de los vídeos que se emitían continuamente, y yo lo hice en Canarias, exigí que fuera aquí, entre Telde y el sur, y así se podía aprovechar que iba a Eurovisión y dar a conocer mi tierra en otros países, ya que el turismo entonces no estaba tan fuerte.

Lo importante, la gente

¿Cree que ese orgullo y cariño le ha sido devuelto?

Me ha sido devuelto con creces; no me puedo quejar para nada. Para mí, lo importante de todo es siempre la gente. Que haya gente de la profesión o de los medios de comunicación que difundan un bulo o hagan una crítica fea, hace muchos años que me dejó de interesar. Lo que me importa es que la gente me quiera, vaya a verme y me vea como un profesional que se entrega y hace las cosas bien. En un momento en el que hay playbacks, yo llevo una gran banda a mis conciertos y canto en vivo. Quiero que me recuerden por ser una persona, un artista, que no he escatimado nunca en hacer las cosas como creo que se deben hacer.

¿Hay algún momento así especial de su trayectoria que recuerde con especial cariño?

Hay conciertos que no puedo olvidar. Por ejemplo, antes de la pandemia estuve en el norte de Argentina y metimos 40.000 personas. Argentina ha sido un país que siempre ha estado a mis pies; me han querido enormemente y me siguen queriendo, porque me siguen llamando, pero ahora las cosas están como están allí y está difícil ir con una buena infraestructura. Espero que todo se arregle y poder hacer una gira por ese país. En general, en América del Sur siempre he sido un hombre muy querido, también en el Caribe y en Estados Unidos, porque he sonado en todas partes.

¿Conoce las propuestas de los países que participan en Eurovisión este año?

Sí, estoy al día.

Cuestión de gusto

¿Y qué le parece el tema que representa a España?

¿Sabe qué pasa? Que estamos en una época en la que vale todo. Esa es la impresión que yo tengo, siempre con respeto, porque yo respeto absolutamente a todo el mundo. A mí particularmente no me gusta, pero eso no quiere decir que no pueda ser un pelotazo y pueda gustar muchísimo a la gente de Europa. De hecho, a mí tampoco me gustó demasiado la canción que interpreté en Eurovisión cuando me la presentaron.

¿Ahora sí?

Ahora, cuando ya he notado que el público la conoce tanto como yo, que la canta conmigo, que le he dado muchas alegrías con esta canción, pues al final me gusta porque lo que quiere un artista es transmitir sentimientos y para mí es una alegría saber que se canta en karaokes, en verbenas, en todas partes.

Si tuviera que elegir una canción española de este festival, ¿cuál sería?

Me quedo con Eres tú de Mocedades, que es uno de los temas más lindos que se han hecho en este país.

Un festival que resucita

¿Qué opina de los temas que ha defendido España en las últimas ediciones?

No tengo un recuerdo muy claro de ellas porque para mí, Eurovisión, con todo mi respeto, ha perdido un poco de interés. Sé que ha resucitado de nuevo porque estaba un poco apagado, pero no hay una canción que recuerde que me haya impactado. Las generaciones nuevas están en otra onda y les vale mucho más una propuesta en escena, una coreografía impresionante, que una cantante cante bien o que la canción sea espectacular.

Muy diferente a hace 46 años.

Antes salíamos sin coreografía, cantando casi a pelo con una orquesta detrás en vivo. Era muy complicado. Que las cosas hayan cambiado está muy bien también. Madonna ha metido a un millón y medio de personas en Brasil con una coreografía y traje negro increíble. Todo se dirige ahora por el marketing.

Luego están artistas como usted que siguen llenando estadios.

Sí, por supuesto que sí, pero en las emisoras, que son las puertas principales, no te ponen mi música ni la de Julio Iglesias o Perales. Ahora ha cambiado el ciclo y todo es reggaetón o música de este tipo y nada más.

Quédate de Quevedo

¿Y qué piensa usted de esta música?

Hay cosas que están muy bien hechas que he escuchado. Por ejemplo a mí no me sorprende que la canción Quédate de Quevedo haya funcionado tan bien. La suerte que tienen los artistas en este momento es que en tu casa puedes grabar, lo metes en Internet y la gente es la que juzga, por lo que puedes llegar a ser número uno. A mí la canción me gusta y cuenta una historia bonita; es un buen tema, interesante y comercial. Antes había que a un estudio a Madrid con cantidad de músicos para hacer toda una grabación, que es como yo siempre estoy acostumbrado a hacer todos mis discos. Yo tengo en casa un pequeño estudio y a veces me traigo un técnico y grabamos algo, pero soy de la vieja usanza, todavía quiero hacerlo a lo grande.

¿Va a estar pendiente del Festival de Eurovisión?

Sí, voy a estar pendiente de escuchar a Nebulosa y su canción Zorra. Les deseo mucha suerte y ojalá que a Europa les guste la canción y le voten mucho.

¿Con quién lo verá?

Con mi mujer Teresa. Acabamos de regresar de Portugal, donde celebramos su cumpleaños y estamos preparando el concierto que daré a finales de mes en Lanzarote por el Día de Canarias y algunos otros que tengo previsto este año en América. Ahora opto por hacer menos cosas porque el tiempo pasa y no quiero la vorágine que tenía antes, que era una gala aquí y otra a 300 o 500 kilómetros.

Su voz sigue intacta

No es porque tenga la voz mal, que todo el mundo me dice siempre que la tengo perfecta para los años que han pasado, pero no quiero hacer ese tipo de trabajo. No me mueve el dinero; para mí cantar en un escenario me da vida, juventud, me quita todos los pequeños males que pueda tener.

Correr y recargar energía

Entre conciertos está en su casa de La Garita, en Telde. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Por la tarde, cuando no me ve nadie, corro por la avenida. Y a veces cojo el coche y corremos en otro lugar. También hago mucha cinta en mi casa y algo de gimnasia para mantenerme en forma, y me gusta rodearme de gente positiva que me transmita buena onda. Me he dado cuenta de que lo importante es tener pocos pero buenos amigos.

¿Hay algún lugar que le ayude a cargarse energía?

Lanzarote, esa isla tan misteriosa, me encanta, o Fuerteventura, pero yo me lleno de energía cuando estoy actuando, porque es lo que he hecho toda mi vida. Desde que soy un niño estoy cantando. Al principio pensaba que había que ganar dinero para mi familia, que era humilde, pero es que ahora es pasión lo que siento por la música. Cuando no la sienta, diré adiós porque, afortunadamente, he trabajado mucho en mi vida ya como para poder parar cuando sea el momento.

Un regalo...

Sí, sentir pasión por la profesión de uno es un gran regalo. Agradezco que todavía tenga esta emoción antes de salir al escenario, los nervios, las ganas de hacerlo cada vez mejor.