Los nuevos artesanos

Los nuevos artesanos: la foto de la naturaleza en una prenda

La artesana Sofía Sánchez realiza la técnica del ecoprint para trasladar la forma de las hojas a cojines, pañuelos y faldas y convertir la ropa en piezas únicas llenas de color

Todo comenzó como un pasatiempo para Sofía Sánchez y terminó convirtiéndose en una pasión y en su marca. La artesana, que ha conseguido recientemente el carnet de la Fedac, utiliza la técnica del ecoprint, es decir, teñir las telas con hojas y tintes naturales de tal forma que se consigue una fotografía perfecta de la planta en la tela. Al vivir en la ciudad, Sánchez hace excursiones al campo para conseguir el material.

Cada vez que Sofía Sánchez viaja llena su maleta de hojas. "Tuve que decirle al chico de aduanas que no era marihuana que las usaba para tintar la ropa", explica entre risas la artesana. Sánchez decora telas con productos naturales como hojas, arbustos, cochinilla y tintes naturales. Una explosión de color ilustra sus cojines, pañuelos, vestidos, faldas y camisas donde las hojas se exhiben como una fotografía en la seda. 

El proceso para crear los tintes es muy "lioso" y requiere tiempo y paciencia. Sánchez utiliza la técnica del ecoprint, que traslada las formas de las hojas a la tela a través de tintes naturales. La artesana siempre ha estado ligada con su parte más artística, desde siempre pinta cuadros y hacía cerería pero quería seguir explorando otras formas en las que expresarse y encontró la decoración de telas. 

"Yo he pintado siempre pero llegué a este mundo porque hay una decoradora de telas alemana en Las Palmas de Gran Canaria que iba a dar un curso con cochinilla y luego impartió otro curso con hojas". En ese momento Sánchez lo utilizó como pasatiempo junto con una amiga que estaba pasando por un mal momento y que de esta forma se entretenía. 

Para conseguir el material necesario la artesana se dirige al campo frecuentemente para recolectar hojas

A través de las redes sociales comenzó a conectar con personas que seguían la técnica del ecoprint pero para ella todavía era un deseo inalcanzable porque no conseguía que las hojas se marcaran en la seda, por lo que decidió ir hasta Segovia para formarse en este tipo de decoración de telas. "Tengo épocas en las que estoy trabajando y otras en las que no pero siempre tiño", señala Sánchez que asegura que el negocio por ahora no es rentable pero la pasión que tiene por este trabajo le hace seguir prosperando. Sánchez estudió Diseño Gráfico y Marketing y trabajó durante un tiempo como administrativa para el Gobierno de Canarias y por ahora está dedicada solo a su marca Telaspinto. 

Sus allegados le aconsejaron que para poder vender en ferias se hiciera un carnet de artesana de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) y así fue cómo consiguió el distintivo recientemente.

La mayoría de ventas son gracias al boca a boca: "Muchas personas preguntan dónde se compraron el pañuelo o la prenda que llevan y así me van conociendo además de que yo siempre llevo ropa hecha por mí", indica la artesana que también se promociona en sus redes sociales. 

Escapadas al monte

Sánchez vive en la ciudad por lo que tiene que hacer excursiones para conseguir el material que necesita: "Voy al campo, dan muy bien si quieres asegurar color puedes poner cochinilla, cúrcuma y palo campeche, con eso siempre vas a tener color y si quieres ecoprint siempre da seguro hojas de rosa y de geranio que además son más fáciles de encontrar", explica González que asegura que cada cierto tiempo los geranios de su casa reciben una podada. 

"Siempre traigo hojas aunque no sea de lo que son y pruebo con ellas, tiene una parte muy amplia de investigar", explica la artesana que asegura que este tipo de artesanía tiene un gran factor sorpresa. Para conseguir las formas la tela debe estar enrollada en unos tubos que se impregnan al vapor durante tres horas para dejarlos secar durante dos días y cuando ya están listos solo queda desenrollar para comprobar si la técnica ha funcionado o no. González confiesa que ha necesitado mucho ensayo y error hasta conseguir perfeccionar la técnica. "Es un poco factor sorpresa porque por ejemplo una hoja de castaño no da igual si estamos en primavera, verano o invierno", apunta. 

Sánchez asegura que salir a flote con un comercio local es complicado y por ahora la marca no es rentable

"Hacer dos pañuelos iguales es imposible", asegura la artesana. Sánchez considera como un valor añadido tener ropa diferente al del resto, ya que considera que actualmente con algunas firmas de moda tan asentadas es complicado marcar la diferencia. La artesana plantea que precisamente por este factor de producto ilimitado se debería proporcionar más valor a los comercios locales. "Yo te puedo asegurar con esta técnica que nadie va a llevar lo mismo que tú", asegura. 

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