Multiópticas ultima una tienda en el antiguo edificio de Arencibia en Triana

Multiópticas abrirá su nueva tienda en la calle Triana en uno de los edificios más emblemáticos. La obra comenzó en 2019 y la empresa espera finalizar los trabajos a finales de este año, después de tres años de retraso. El lugar acogió hace años una de las tantas tiendas de Arencibia en Las Palmas de Gran Canaria. 

Desde su cierre el local estaba en desuso, y su paulatino deterioro era notable. Los grafitis, el polvo y su aspecto de abandono solía ser la imagen habitual del edificio que lleva años entre el abandono y las reformas. Sin embargo, la apertura de la empresa especializada en óptica previene la pérdida del edificio al realizar una restauración integral.

El inmueble fue construido en la primera mitad del siglo XIX, por lo que es uno de los más antiguos de la zona, y de los pocos que quedan de esa fecha. Por ese motivo, está catalogado como de protección integral, es decir, que todo aquel elemento original debe ser restaurado. Los arquitectos encargados del proyecto son Alberto Castillo y Dara Carreras de Cúbica Estudio. Castillo explica que todos los elementos estructurales como muros de piedra, y aquellos de carpintería como barandillas, escaleras, puertas o balcones se han recuperado y algunos elementos que no eran posible recuperar se han reproducido. «El cliente tenía claro que quería preservar lo máximo posible», comenta.

El edificio antes de la reforma estaba «bastante ruinoso», de tal forma, que había una orden de ejecución para su arreglo por la peligrosidad que suponía su estado. «Ha sido un trabajo de restauración intenso para recuperar los valores arquitectónicos», refleja Castillo. 

El edificio al ser de dos plantas albergará en la planta inferior la tienda de Multiópticas, que contará con un centro auditivo y óptica. Aún está en el aire el uso que se le dará a la planta superior, que por otra parte, desde la empresa explican que aún le queda más tiempo para que esté finalizada. 

Planta superior

La parte superior cuenta con un balcón de estilo canario iluminado por un amplio tragaluz. Esta es la zona prevista para una actividad que se espera concretar el próximo año, después de la apertura de la tienda. 

Pero no solo este es uno de los espacios con encanto de esta antigua casa, sino que esconde un patio interior que también está siendo remozado para su disfrute. «Además, se está realizando la recuperación de un espacio libre existente en la parte trasera del mueble que estaba completamente abandonado y se va a integrar en la arquitectura del edifico como prolongación del mismo y zona de esparcimiento de la actividad comercial al que se va a destinar», publicaron en las redes sociales del estudio Cúbica.

El presidente de la asociación de Empresarios Zona Triana, Carlos Bethencourt considera que la apertura de la tienda reafirma que la zona sigue siendo «el corazón del comercio de Gran Canaria». «Esperamos que tenga mucho éxito, es un reto para la nueva temporada de Navidad, sobre todo al superar la crisis de la Covid-19 puede aportar nuevas oportunidades», asegura. «Estamos a la disposición de Multiópticas, así como del resto de socios y negocios de Triana», expresa. 

En el pasado, cuando aún era propiedad de la familia Arencibia, la planta de arriba era utilizada para la mercancía. El edificio fue el tercer negocio que adquirieron en Triana, aunque en la actualidad, solo queda uno de ellos, que cerró en 2020, y solo permanece su rótulo y el escaparate. 

El patio del edificio no es lo único curioso que alberga este centenario lugar, también existe un acceso destinado a la servidumbre a través de la calle Arena. E incluso los familiares recordaban que existían unas ruinas de un pesebre. Sin duda, es un inmueble que alberga una gran historia, y que a partir de los próximos meses empezará un nuevo capítulo. 

En los años que fue la tienda Arencibia dedicada a vender productos de tapicería contaba con un expositor y un pequeño techo que lo cubría, que fue retirado durante la construcción. La tienda la fundó Pedro Arencibia Báez con sus hermanos en 1933 en el número 82 de la calle Mayor. La empresa fue heredada a una segunda generación conformada por los hijos de los fundadores. Primero comenzaron trabajando el tejido y más tarde la confección, la ropa de hostelería, hasta terminar ofreciendo todo aquello relacionado con el mundo textil. Dentro de algunos meses, donde antes vendían tapizados, ahora las gafas llenarán los estantes. 

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