Cuando La Isleta fue Hong Kong

El Puerto y las calles capitalinas acogieron en 1981 el rodaje de una película de kárate

Aficionados al cine cutre y la televisión francesa recuperan la memoria de la cinta

Escena en la playa de 'Karate contra mafia'.

Escena en la playa de 'Karate contra mafia'. / AF

Corría enero de 1981. Jackie Chan ya había estrenado algunas de sus películas más conocidas y Bruce Lee llevaba casi diez años muerto. Mientras tanto, el particular ‘barrio chino’ de Las Palmas de Gran Canaria comenzaba a languidecer, pero esto no era excusa. El cine de artes marciales estaba en todo su esplendor, aún quedaban tres años para que la película Karate Kid llenara las salas de todo el mundo. El director de cine Ramón Saldías, de origen vasco pero afincado entonces en Canarias, tuvo la brillante idea de traer el género a este lado del mundo. Así fue como La Isleta y otras localizaciones de la Isla se convirtieron en Hong Kong por una semana.

La Isleta, Vegueta o el Valle de Agaete fueron algunas de las localizaciones escogidas para el rodaje de Kárate contra mafia. La película se rodó íntegramente en Gran Canaria. Con las artes marciales como hilo conductor de la historia, contó con extras procedentes de los buques pesqueros asiáticos que recalaban en ese momento en el Puerto; es más, a la mayoría ni siquiera se les pagó, según reconoció el propio director años más tarde en el programa de televisión de Nanaroscope del canal cultural francoalemán Arte. Y es que la trama transcurría íntegramente en Hong Kong, a pesar de los 7.600 kilómetros que separan la capital grancanaria de la antigua colonia británica en China.

Saldías fundó la productora Aske Film en 1973, hace ahora medio siglo en la Isla. No obstante, no estrenó su primera película hasta 1979. El camino dorado, una cinta basada en los testimonios reales de una serie de personas alcohólicas. Tan solo dos años más tarde sería cuando el director vasco decide rodar un largometraje de artes marciales. Las películas de kárate y kung-fu estuvieron de moda durante todos los años 70 y todavía les quedaría unos cuantos más de cuerda en la nueva década, por lo que, no era algo para nada descabellado.

Para disimular que el protagonista era canaria utilizaron cinta adhesiva y maquillaje para parecer asiático

El propio Saldías ha reconocido que todo comenzó después de ver una película de kárate en el cine. Surgió la chispa y decidió transformar Las Palmas de Gran Canaria en Hong Kong. Los padres de Carolina Yao, protagonista femenina de la cinta, de origen chino, fueron quienes asesoraron al director a la hora de recrear la ciudad asiática en la capital grancanaria. Así, recrearon un mercadillo en la calle de la Audiencia, en Vegueta y aprovecharon el ambiente de lacalle Andamana e inmediaciones, en La Isleta, al ser una zona repleta de bares japoneses y coreanos.

El karateca Tino Déniz fue el protagonista. De origen canario, fue campeón de España y al menos seis veces internacional. Para disimular su origen usaron cinta adhesiva y mucho maquillaje para que pareciera asiático. De hecho, a pesar de tirar de marineros japoneses, coreanos y chinos como extras, además de la comunidad asiática local, a la hora de representar las luchas de kárate estaba la cosa más complicada, por lo que tiraron de judocas grancanarios que disimulaban con pasamontañas para que no se les viera la cara.

Todo un pionero

El director fue todo un pionero. Con un escueto presupuesto de 14 millones de pesetas, la película Kárate contra mafia fue la primera europea de este género. Y eso que el equipo se acreditó con pseudónimos chinos con la intención de distribuir la cinta como si fuera de esa nacionalidad. Saldías llegó a afirmar en el Diario de Las Palmas que «si tiene éxito es posible que sea la primera de una serie que seguiremos haciendo en Canarias con producción y realización netamente de aquí».

Este deseo del director quedó muy lejos de la realidad. Su paso por las salas fue todo un fracaso. Tan solo consiguió salvar los muebles como quien dice al llegar a los videoclubs. De hecho, la cinta se conserva de milagro. Tras caer en el olvido, fue rescatada del olvido hace unos años, por medio de los aficionados al cine de serie b. Su director, Ramón Saldías, fue homenajeado en 2015 gracias a esta película con el premio Jess Franco en la CutreCon, un festival de cine que reúne cada año a forofos del cine cutre y de bajo presupuesto.

A raíz de esta particular vuelta a los escenarios, estos aficionados al cine cutre se encargaron de duplicar la única copia disponible de la cinta. Esta llevaba décadas cogiendo polvo en los archivos de la filmoteca de Tenerife. Sería esta iniciativa la que permitió salvarla para siempre, puesto que la original ardió en su última reproducción poco tiempo después.

Y es que el propio Saldías reconoció que «en los cines, como película, fue desastrosamente mal». Eso sí, los grancanarios no dudaron a la hora de alquilarla en alguno de los videoclubs donde tenían más de una copia, «la gente quería ver Las Palmas en la película aunque fuera en Hong Kong».

En la película se puede reconocer La Isleta, los astilleros de Astican o la playa de Las Canteras; de hecho la cinta comienza con un plano aéreo de la zona portuaria, repleta de pesqueros asiáticos como era habitual en los años 80. También utilizaron los jardines de las Oficinas Municipales, entre otros puntos. Para los interiores, rodaron en unos locales del cine de Cáritas, el mercado viejo de Escaleritas -hoy Casa de laMujer- y la casa de San Pablo en Agaete.

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