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De maniobras detrás de La Isleta: Los buques de acción de la Armada ensayan con fuego real

La Fuerza de Acción Marítima moviliza cinco buques para hacer sus ejercicios de adiestramiento en Canarias

‘El Rayo’ abre fuego y asalta un ‘mercante rebelde’

Maniobras de adiestramiento de La Armada en Gran Canaria

Manuel Reyes / Andrés Cruz

«Empuja cuatro a babor», grita el capitán de corbeta Óscar Santiago Golmayo Diufaine, y El Rayo, uno de los cuatro Buques de Acción Marítima (BAM) de Canarias, se despega como un papelillo del Arsenal para enfilar la bocana del Puerto de Las Palmas. Le siguen El Relámpago, El Tornado y El Audaz, este último con base en Cartagena, pero movilizado por la Armada para hacer los ejercicios de adiestramiento anuales de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima en Canarias.

En las maniobras, que comenzaron a principios de semana, participan también el Buque de Aprovisionamiento de Combate (BAC) Patiño, un helicóptero AB-212 de la 3ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves, la Unidad de Buceo de Canarias y dos Equipos Operativos de Seguridad de la Unidad de Seguridad de Canarias, pero esas unidades se cruzaran con el Rayo más adelante. Ahora manda la voz del comandante Golmayo Diufaine, que acaba de dejar atrás una «amenaza compuesta por grupo terrorista en El Confital» y se dirige al golpito hacia su próximo ejercicio militar.

Disparos durante los ejercicios de adiestramiento al norte de Gran Canaria.

Disparos durante los ejercicios de adiestramiento al norte de Gran Canaria. / ANDRÉS CRUZ

Y es que la mañana ha comenzado fuerte en la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria. La tripulación de los BAM se ha tenido que emplear a fondo para controlar una manifestación de las complicadas. Varios coches, con una X en el lateral y la bandera de Palestina sobre el capó, dan vueltas en la zona del aparcamiento, mientras desde los barcos se accionan las mangueras para repeler a los supuestos asaltantes, que intentan avanzar por las escalerillas de los barcos con toda la presión del agua en contra y una chapa o pancarta destinada a complicarles la existencia. La escena, a esas horas de la mañana, revela que los ejercicios de entrenamiento programados son cosa seria.

Defensa nacional

El objetivo del dispositivo es aumentar el adiestramiento de las unidades en distintas áreas de capacidad, como la vigilancia marítima, las operaciones de vuelo, la interdicción en el mar, el aprovisionamiento de los buques o el enfrentamiento con artillería, entre otros simulacros realizados en aguas isleñas durante ocho días de entrenamiento. 

Se trata de áreas «que es necesario cultivar» para contribuir «a la Defensa Nacional y a la Acción del Estado en la mar», con la finalidad de proteger los intereses marítimos nacionales, explica la nota de prensa difundida por el Ministerio de Defensa sobre la finalidad de los ejercicios

Los buques rinden honores en fila al nuevo almirante de la Base Naval

Los Buques de Acción Marítima (BAM), con base en el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria, no solo tienen la misión general de vigilar las aguas de Canarias, sino que participan en misiones específicas, como el llamado «despliegue africano», que consiste en estrechar lazos y garantizar la presencia española en zonas de influencia internacional, como es el Golfo de Guinea, donde existe una rica actividad de extracción de recursos naturales como el gas y el petróleo, además de la importancia de la flota pesquera en toda esa franja del continente.

El puente de gobierno del buque 'Rayo', a pleno rendimiento en las maniobras de La Armada.

El puente de gobierno del buque 'Rayo', a pleno rendimiento en las maniobras de La Armada. / ANDRÉS CRUZ

Mando Naval de Canarias

También suelen colaborar con otros cuerpos y fuerzas del Estado en labores de seguridad nacional, como ha ocurrido más de una vez con el rescate de inmigrantes u operaciones de la policía contra el narcotráfico. De ahí el variopinto calendario de ejercicios elaborado, que ha sido programado por el almirante de Acción Marítima, auspiciado por el Almirante Comandante del Mando Naval de Canarias (Alcanar), y conducido por el Comandante del Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima en Canarias.

El propio Alcanar, Santiago de Colsa Trueba, estuvo presente en las maniobras realizadas ayer. Iba a bordo del Patiño, que tiene base en Ferrol, y la flotilla desplegada para la ocasión le rindió honores al pasar, con el correspondiente saludo oficial y el meneo de gorras al viento, todo ello tras abandonar la formación con la que salieron de puerto y dirigirse cada buque a cumplir su misión del día.

El Ejército del Aire interviene con sus cazas para poner a prueba la flotilla de la Armada

Al Rayo le tocó visitar y registrar el Aurora, una suerte de buque mercante que se resistía a la colaboración con la Armada Española. El buque díscolo, claro, era el Patiño, que se convirtió para la ocasión en la diana de sus colegas. 

Evasivas y fuego real

Primero se estableció un protocolo amistoso de comunicación entre ambos barcos, que estaban a 10 millas náuticas de La Isleta, unos 18 kilómetros. Ante las evasivas del capitán, el Rayo fue aumentando las medidas de presión por radio: primero con varias amenazas de abrir fuego real contra el Aurora, y después con ráfagas de armamento ligero, entre ellas una ametralladora Browning.

La veintena larga de disparos, tras activarse la situación interna de «Zafarrancho», causó el efecto disuasorio deseado. El capitán accedió a colaborar y el dispositivo pasó al siguiente nivel. Dos las lanchas rápidas con casco de vidrio descendieron del Rayo, al tiempo que los infantes del propio BAM y el grupo de operaciones de seguridad tomaban posiciones en las lanchas para abordar el buque, que en esos momentos había depuesto su actitud evasiva. 

Buque de Acción Marítima (BAM) Relámpago

Buque de Acción Marítima (BAM) Relámpago / MINISTERIO DE DEFENSA

Aun así, para garantizar la seguridad de la operación, el personal de una de las lanchas accedió al barco con una pértiga, mientras que la otra dotación se quedaba rezagada, a unos metros de distancia, hasta dar por controlada la situación y escalar al buque para hacer el registro. 

Visita y registro

Durante esos momentos, con el llamado «trozo de visita y registro» a bordo del barco díscolo, toda la dotación del Rayo, con sus 52 tripulantes entre oficiales, suboficiales y marineros estaba en tensión. No hubo, sin embargo, armas ocultas ni sorpresas de última hora, completándose las cinco horas de entrenamiento ininterrumpido sin más sobresaltos.

Eso sí, por la tarde, tras unos reparadores espaguetis y carne en salsa, los BAM volvieron a los ejercicios tácticos. Al Rayo le tocó combatir un incendio a bordo, y otros días también ha realizado labores de seguridad y defensa con perros adiestrados, así como el abatimiento de objetivos a la deriva o repostar en alta mar desde el Patiño, entre otras acciones en las que se ha turnado toda la flotilla. El plato fuerte, quizá, llega hoy con el Ejército de Tierra y del Aire, que pondrá sus cazas a máxima velocidad para simular el ataque de misiles contra los cuatro patrulleros oceánicos de la Armada.