Opinión | Con buena letra

La chica volcán

Maty optó por seguir mirando como sólo ella sabe a través de su cámara

La canaria Maty Chevriére es, jugando con Vibrating like a Volcano, título de unos de los capítulos que conforman Nudetopia, una chica volcán: se ríe a carcajadas, ama a borbotones, amplifica el sentir de cualquier experiencia y hasta su pelirroja melena rizada parece la lava de un volcán de su adorada Canarias, su punto de partida pero también su punto de llegada. Regresar a su barrio de Alcaravaneras; a sus charcos del norte grancanario; a Vegueta, Tamadaba o Lanzarote...

Todo ello recarga la imaginación de una mujer vibrante y brillante a quien no le han regalado nada. Leal hasta la muerte, Chevriére vive la realidad que ha decidido y esa visión tan limpia, pura y «linda», palabra que repite la artista, se percibe en cada una de sus imágenes donde la grancanaria transita con respeto la franja que dista entre la caldera y la boca de ese volcán que ella misma representa; es decir, la naturalidad sin tapujos o la pornografía de impacto fácil.

Maty optó por seguir mirando como sólo ella sabe a través de su cámara. Libre, Chevriére no genera incomodidad ni a quien posa ni a quien mira, y ni tan siquiera a la autora de la foto, que por momentos es fotógrafa como que se mete en escena para recordar a su equipo que lo mejor de la experiencia que están viviendo no solo consiste en el resultado de la imagen que van a lograr sino sentir en cada nanómetro de sus pieles la magia de compartirla. ¿Hay algo más erótico que eso?