Jony y el tiempo que se divierte

Viera es suplente tras jugar 76 minutos en el Bernabéu y es clave en la remontada

Jonathan Viera da un pase mientras Óscar Mingueza –3– le intenta cortar el destinatario, y Hugo Sotelo le observa desde un lateral. | | E. P.

Jonathan Viera da un pase mientras Óscar Mingueza –3– le intenta cortar el destinatario, y Hugo Sotelo le observa desde un lateral. | | E. P. / David Rodríguez

David Rodríguez

David Rodríguez

Después de que Viera jugara 76 minutos en el Bernabéu y que Pimienta quisiera dar más circulación al balón, el capitán fue suplente y apareció en la última media hora para divertirse.

Hay una frase que en los últimos años Jonathan Viera ha regalado cada cierto tiempo. Desde que decidiera regresar a su casa, el Mago de la Feria, tiene claro que cada vez le quedan menos trucos que sacar a relucir de su chistera. «Seguiré jugando hasta que me divierta», suele decir el 21 cuando se le cuestiona sobre su futuro. Ayer lo volvió a expresar, cuando fue el protagonista en dos acciones directas para que la UD se llevara la victoria ante el Celta.

Jony jugó 27 minutos del tiempo reglamentario más los siete del descuento. 34 minutos en los que le dio tiempo a transformar el penalti que puso el empate momentáneo y dar un pase de lujo a Marc Cardona con el que llevar a los 22.472 espectadores que se dieron cita en el estadio la diversión con la que Viera siente cuando toca un balón –algunos ya habían claudicado ante la fe y se perdieron el júbilo de la remontada–.

En esa más de media hora se le notó al capitán ser el de hace dos temporadas. El que es capaz de ganar un partido él sólo. Y si a las sensaciones encima le añades dos momentos claves en el resultado, pocas dudas puede permanecer sobre lo determinante que puede seguir siendo Jony.

Fue suplente por primera vez de inicio desde que lo hiciera el pasado 8 de enero frente al Racing en Siete Palmas. Un partido en el que volvía de un periodo de lesión en el que se perdió cinco partidos.

Esta situación la vivió tres veces más en la temporada pasada. Anteriormente, contra el Eibar en casa, por acumular dos partidos en una semana; misma situación que frente al Lugo en la jornada 10; y ante el Leganés en septiembre de 2022 porque también venía de recuperarse de una lesión por la que se perdió tres partidos.

Salvo esas ausencias, Jony siempre ha sido titular para García Pimienta y así lo expresó el técnico el pasado martes en la sala de prensa antes del choque frente al Real Madrid cuando se le cuestionó por qué le había sustituido en tres de los seis choques disputados. «Viera puede jugar en cualquier posición, en nuestro sistema él es interior, pero puede jugar de falso nueve, de extremo que se mete para adentro y jugará en función de como vaya cada partido», remarcó el míster.

Ayer, apenas seis días después, el estratega catalán decidía dejarle en el banquillo después de que en el Bernabéu no le diera descanso y jugara 76 minutos. «Viene de dos partidos de titular, acumulando muchos minutos, y creemos conveniente que parta desde el banquillo para dar minutos a gente que esté más fresca», añadió Álex García.

Esa frescura fue la que puso Jonathan cuando ingresó en el terreno de juego. De interior, pero dado el marcador, de mediapunta, donde siempre brilló. Cayó a todos los lados, abrió la pelota a los costados, se asoció por dentro y por fuera, fue el satélite sobre el que atraer toda la atención de los rivales, porque ese es Viera, el que conocen los rivales y los que quieren tenerle vigilado. Situación que el 21 aprovecha para que los demás encuentren los espacios para divertirse como él lo hace.

El domingo en el Estadio de la Cerámica habrá que ver qué prefiere hacer Pimienta con él. ¿Reservarlo para que dé todo lo que tiene dentro en un espacio corto de tiempo, o devolverle la titularidad para ver cómo se desarrolla su rendimiento?

Ayer probó con poner a tres jugadores en el centro del campo para buscar más rapidez en la circulación de balón. No llegó. Saltó Jony en media hora y la pelota corrió con la velocidad necesaria para una remontada en la que todo el mundo se divirtió.

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