La ULPGC descubre una nueva especie de crustáceo en las aguas de Canarias

Investigadores del Instituto Ecoaqua hallan un género de anfípodo no descrito antes en el mundo que mide un milímetro y se asocia a los bosques de coral negro

La investigadora predoctoral de la ULPGC, Sandra Navarro, durante la recogida de muestras en el mar, a 65 metros, en bosque de coral negro en Lanzarote.

La investigadora predoctoral de la ULPGC, Sandra Navarro, durante la recogida de muestras en el mar, a 65 metros, en bosque de coral negro en Lanzarote. / Fernando Espino

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han descubierto en aguas del archipiélago, entre 60 y 70 metros de profundidad, una nueva especie de crustáceo (anfípodo) asociada a los bosques de coral negro. El hallazgo ha sido posible gracias a la investigación de la estudiante de doctorado de la ULPGC, Sandra Navarro Mayoral, centrada en el proyecto B-Charmed sobre el estudio de los bosques de coral negro de Canarias, dirigido por el doctor en Ciencias del Mar, Francisco Otero Ferrer, investigador del Grupo de Biodiversidad y Conservación (Biocon) del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la ULPGC.

«Este tipo de crustáceo puede tener una gran diversidad de tamaños. En concreto, este es muy pequeñito, mide un milímetro, y esto, asociado a las altas profundidades en las que se encuentra la zona de estudio de entre 60 y 70 metros, puede ser la causa de por qué no se había descubierto hasta la fecha», indica la investigadora predoctoral de la Universidad de Las Palmas. «Es una especie muy importante porque en esos ecosistemas en los que la cantidad de recursos, de alimentos, es mucha más escasa, son una de las principales fuentes de alimento de otros niveles tróficos como por ejemplo, los peces».

Novedad en género y especie

El interés de este descubrimiento, según señala Sandra Navarro, radica en que no sólo se describe por primera vez en el mundo una nueva especie de anfípodo, sino que se trata de un nuevo género biológico. «El género es una categoría taxonómica que se encuentra entre la familia y la especie, agrupa a una serie de especies que comparten características morfológicas, anatómicas, genéticas, y dentro de ese género hay diferentes especies, y nosotros hemos descrito un nuevo género».

Imagen por microscopia electrónica de la nueva especie de anfípodo.

Imagen por microscopia electrónica de la nueva especie de anfípodo. / LP/DLP

Abundancia

El equipo científico halló una presencia abundante de este tipo de crustáceo en las colonias de coral negro, lo cual, unido a su persistencia en el tiempo, sugieren una posible relación entre ambas especies. Es precisamente en el estudio de este fenómeno, hasta ahora inédito en las especies de coral negro conocidas, en el que se centran actualmente los investigadores para arrojar luz sobre interacciones ecológicas hasta ahora no documentadas.

Estudian la hipótesis de que estos organismos ejercen como «limpiadores» de su ecosistema

«Hemos iniciado estudios preliminares para saber exactamente qué asociación tiene este crustáceo y los corales, porque los hemos encontrado en unas abundancias muy altas a lo largo de todo el año. Estamos haciendo estudios de contenidos estomacales para saber qué se están comiendo estos bichitos, porque creemos que pueden ser potenciales organismos que benefician al coral, lo limpian, de forma que, cuando el coral tiene un exceso de suciedad en el tejido, estos animales pueden estar cuidando el ecosistema», indicó la titulada en Ciencias del Mar y máster en Oceanografía.

Una investigación incipiente que puede cambiar la literatura científica existente, dado que la mayoría de los estudios realizados hasta la fecha afirman que no había epifauna -fauna vinculada a determinados ecosistemas-, asociada a los corales.

Técnicas pioneras de buceo

Dicho descubrimiento, que supone la primera descripción global de la asociación entre los corales negros y ciertos crustáceos, se llevó a cabo en Lanzarote, en Puerto del Carmen -Playa Chica-, a una profundidad de 65 metros, gracias al empleo, por parte del grupo de investigación de Ecoaqua, de técnicas innovadoras de buceo profundo, pioneras y respetuosas con el medio que permitieron recolectar la fauna asociada a los corales negros, sin que se éstos vieran afectados.

El equipo científico de la ULPGC utilizó el sistema rebreather de buceo, que permite estar a mayores profundidades durante mucho más tiempo. «Hemos podido bajar a 60 metros de profundidad, y con una especie de aspiradora, como la de casa, cogemos la fauna que haya asociada al entorno». Navarro indicó al respecto que se trata de un método de recogida de muestras inocuo, no destructivo, porque no cogen nada del hábitat, pero sí que aspiran los organismos que viven asociados al coral, y cuando llegan a superficie los estudian y analizan a través de sus laboratorios portátiles con lupas.

La investigación del grupo Biocon de la ULPGC se extiende al Caribe, el Ártico y el Mediterráneo

Especialización internacional

La investigadora, que en breve leerá su tesis doctoral, califica el estudio de «bastante complicado» por la dificultad técnica del propio muestreo que requiere de mucha especialización para identificar especies en estos ecosistemas tan profundos. «Tuve que hacer una estancia en el extranjero, en Francia, y utilizar técnicas de microscopía electrónica, porque sabíamos que era una nueva especie pero no si estábamos ante un nuevo género. Finalmente, lo hemos verificado y es una gran satisfacción demostrar que estos ecosistemas tienen muchísima biodiversidad asociada, que hasta la fecha se pensaba que no estaba presente», subrayó Sandra Navarro.

Publicación

El hallazgo ha sido publicado en la revista científica Coral Reefs, firmado por los investigadores de Ecoaqua-ULPGC: la estudiante Sandra Navarro Mayoral, Francisco Otero-Ferrer, Ricardo Haroun, Fernando Tuya, y Fernando Espino. Asimismo, ha contado con la colaboración de científicos de reconocida experiencia como Victoria Fernández-González, de la Universidad de Alicante; Benoit Gouillieux, de la Universidad de Burdeos (Francia); Lorenzo Bramanti del instituto Lecob del Observatorio Oceanológico de Banyuls sur Mer (Francia); Jean-Francois Flot y Ninon Lecoquierre, de la Universidad libre de Bruselas (Bélgica) y Lucas Terrana del Museo de Historia Natural de Tournai (Bélgica).

El estudio del Instituto Ecoaqua-ULPGC, que demuestra que hay mucha biodiversidad asociada a los corales negros, se ha extendido al Caribe, el Ártico y el Mediterráneo, con la colaboración de Deep Life, con el objetivo de obtener una visión integral de la biodiversidad y los procesos ecológicos en diferentes regiones del mundo.

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