Temeridad y atentado contra un espacio protegido en Canarias, a vista de pájaro

Las vulneraciones de las normas en estos parajes están a la orden del día para conseguir un puñado de likes en las redes sociales

Lanzarote, a vista de pájaro

La Voz de Lanzarote

Los atentados geológicos en Canarias están a la orden del día. El pasado fin de semana tuvo lugar una 'rave' ilegal en el volcán de La Corona, uno de los más protegidos de Canarias, al igual como viene sucediendo en la Montaña Colorada, en Lanzarote, donde los turistas y también algún que otro canario aprovechan para hacer así postureo del paisaje. 

También ocurrió en el Parque Natural de Timanfaya, donde numerosos turistas optaron por bajarse de sus coches y caminar sobre un campo de lave, además de coger piedras mientras esperan a que avance la cola en la carretera que conduce a las Montañas del Fuego, provocando así un expolio de otro espacio protegido isleño.

Recientemente, no muy lejos de ahí, el conseguir un puñado de likes en las redes sociales provocó otro nuevo ataque contra la biodiversidad medioambiental isleño. El influencer y piloto de drones francés Greg David que ha volado con el aparato por localizaciones emblemáticos de Lanzarote como La Geria, Haría, la Rofera de Teseguite, o las piscinas naturales de Los Charcones.

Según recoge La Voz de Lanzarote, “para volar drones en Lanzarote, desde el Cabildo Insular se destaca que es necesario solicitar un permiso al Área de Medio Ambiente con al "menos un mes de antelación". Aunque el nombre de este influencer no aparece recogido en el Área de Medio Ambiente como solicitante de permiso para volar un dron en la isla, sin embargo, fuentes del Cabildo Insular de Lanzarote añaden que si se ha registrado con el nombre de una empresa es más complicado conocer si tenía o no permiso para ello.  

Pero por otro lado, el citado medio recoge que este instagramer cometió una infracción en su estancia en la isla, donde con su dron, grabó el interior del apartamento donde se hospedaba. Según recoge el Real Decreto 1036/2017, que regula el uso de drones, señala que estos aparatos “ no deben volar dentro de los cinco kilómetros de los aeropuertos o en áreas donde podría representar un peligro para las personas o la propiedad, como sobre multitudes o en áreas urbanizadas. Además, otro de los requisitos es que deben volar en la línea de visión y no deben exceder una altura de 120 metros”.

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