Pulso canario para reducir 13 millones de toneladas de gases nocivos

Valbuena insta a Madrid a imponer centrales térmicas que faciliten la entrada de renovables

Parque eólico junto al barranco de Tirajana.

Parque eólico junto al barranco de Tirajana. / ANDRÉS CRUZ

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

El 30 de abril California anunció la total cobertura de su demanda eléctrica con energía fotovoltaica. Hace casi ocho años lo logró Dinamarca con eólica marina. Canarias, tan dotada de viento y sol, está muy lejos de anotarse hitos de este tamaño y, de momento, debe conformarse con lograrlo en momentos puntuales. El Observatorio Canario de la Energía (Oecan) cifra en 13 millones de toneladas los gases de efecto invernadero emitidos por las Islas en 2019. El reto es mayúsculo y pasa también por la adecuación de las tecnologías convencionales –hidrocarburos– para dar mayor espacio a las fuentes de generación limpias.

Según el mismo organismo canario, en ese año las centrales térmicas del Archipiélago emitieron 5,43 millones de toneladas de gases nocivos y el transporte, el terrestre llamado a la electrificación, de otros 5,47 millones.

El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, dio a conocer en marzo la hoja de ruta que ha de conducir al Archipiélago a la neutralidad climática en 2040. La primera parada de ese plan se sitúa en 2030, cuando, según el propio Valbuena, debería atenderse cerca de un 60% de la demanda eléctrica con fuentes limpias.

Según el avance de datos de Red Eléctrica de España (REE), en 2021 se alcanzó en la Península el récord de cubrir el 48,4% del total de la generación eléctrica con renovables. Canarias (19,9%) no llegó ni a la mitad de ese valor.

Resolución de los problemas

¿Es posible triplicar la presencia de fuentes limpias en el mix canario en ocho años? En Canarias va a seguir habiendo sol y viento en abundancia, por lo que la respuesta a esta incógnita viene por la detección de los problemas que han venido afectando a su implantación desde hace años.

Hasta el momento ha sido posible avanzar en las Islas. Ese 19,9% de fuentes limpias del año pasado era un 7,55% solo cinco años antes. Más impensable aún sería haber llegado hasta el 27,7% de agosto de 2020. Es cierto que las emisiones de gases nocivos superan en un 49,91% a las que se contabilizaron en 1990, pero también lo es que son inferiores en un 26% a las de 2005; no todo es negativo. Sin embargo, el avance topa con la realidad contaminante que alimentan la ausencia de infraestructuras de almacenamiento para la eólica, algunos enredos político-administrativos y la obsolescencia de los grupos generadores de las centrales térmicas.

Se generan un 50% de gases nocivos más que en 1990, pero un 26% menos que durante 2005

Empezando por esto último, Valbuena anunció el lunes en el Oecan la elaboración de un documento, que presentará al Ministerio para la Transición Ecológica, relatando las acciones y el marco normativo específicos que requieren las Islas para poder avanzar a grandes zancadas.

Entre estas se incluirán «criterios para la sustitución de los pequeños grupos térmicos, de manera que sean más pequeños, flexibles y que puedan funcionar [en el futuro] al 100% con hidrógeno verde», según detalló la consejería. A las máquinas actuales les cuesta arrancar y parar. 

Un ejemplo claro, a las 22.20 horas del lunes llegaron a estar conectados 194 megavatios de renovables en Gran Canaria. La demanda de electricidad fue cayendo con al avance de la noche y mientras la eólica descendió hasta los 104 megavatios, la térmica prácticamente ni se tocó. Es decir, se pararon aerogeneradores por el temor a llevar las máquinas que queman fuel y diésel a un límite inferior al que soportan sin riesgo apagones. Traducido a emisiones, el ejemplo de esta noche concreta supondría casi medio millón de toneladas de CO2 anuales que podrían evitarse.

Las paradas de aerogeneradores por la obsolescencia de los grupos térmicos elevan las emisiones

En cuanto a los almacenamientos, tras superar una yincana administrativa, el salto de Chira está a las puertas del inicio de su construcción, pero nunca estará disponible antes del final de esta década. Y solo vale para Gran Canaria, porque cada isla –salvo las interconectadas Fuerteventura y Lanzarote– son un sistema eléctrico único y aislado. Las renovables en California no paran porque el sobrante puede venderse a Nevada o a Oregón; tampoco en Dinamarca, que encuentra salida para sus excedentes en Alemania.

A todas estas dificultades se añaden una tramitación lenta y minuciosa que Canarias también aboga por acelerar y la moratoria de Fuerteventura, donde el Cabildo detuvo la penetración de renovables hasta planificarla. Más de un año y medio después continúa el parón, lo que provocará incluso la pérdida de fondos europeos.

Generar con renovables es barato y con hidrocarburos, muy caro. Tanto, que el Archipiélago alimenta un sobrecoste en el sistema eléctrico estatal que, como recoge el REF, se distribuye entre todos los españoles. Este año tiene previsto alcanzar los 670 millones de euros, el 62,6% del total de 1.070 millones que suman los dos archipiélagos, Ceuta y Melilla.

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El portavoz y diputado de Ciudadanos (Cs) en el Parlamento de Canarias, Ricardo Fernández de la Puente, instó ayer a acelerar la transición hacia las renovables, tal y como promueve la UE para las regiones ultraperiféricas. Para el diputado, el Archipiélago ha dado un paso adelante, pero es necesario más. «No podemos dejar pasar la oportunidad de aprovechar el viento, el sol o el mar, para implementar las estrategias más adecuadas que nos permita ir desechando los combustibles fósiles», señaló. | LP

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