Teror

La nueva residencia de mayores de Teror gana 1.000 metros de solárium en la azotea

La reforma del proyecto original permite a los usuarios ganar independencia

La nueva residencia de mayores de Teror gana 1.000 metros de solárium en la azotea

C. A. C.

Javier Bolaños

Javier Bolaños

Las obras de la residencia de mayores de Teror vuelven a avanzar a ritmo de crucero, con la mirada puesta en que puedan estar acabadas a comienzos del verano, tras un parón de seis meses el año pasado para modificarse el proyecto original y adaptarse a un nuevo modelo sociosanitario aprendido tras el encierro por la pandemia. El centro ganará 1.000 metros cuadrados de superficie al habilitarse la azotea como solárium para acoger actividades, delimita áreas sectorizadas para aunar a familiares y grupos concretos de pacientes, y amplía los espacios de esparcimiento en el interior. La inversión se eleva hasta los 3,4 millones tras los modificados, y ofertará 30 plazas de estancia diurna y otras 36 de noche.

Unos 26 obreros de Fomento y Construcciones Roque Nublo y otra veintena de las empresas especializadas subcontratadas se esmeran en estos días en echar la escayola a las paredes y en terminar los revestimientos interiores, mientras el esqueleto de la futura residencia de jubilados muestra cómo va a quedar en líneas generales estructurado. A su vez, en el exterior se trata de delimitar el perímetro, una vez se ha concretado el linde con las propiedades vecinas.

La inversión se eleva hasta los 3,4 millones

El alcalde de Teror, Sergio Nuez, confía en que a comienzos de verano ya estará entregado el edificio, aunque se muestra cauteloso a la hora de fijar un plazo de puesta en servicio, después de los distintos avatares que ha ido sorteando la obra desde que se ideó y en la fase de construcción, que estaba prevista que concluyera antes de que acabara 2021. Además, la gestión posterior pasa a manos del Instituto de Atención Sociosanitaria del Cabildo, por lo que también debe contar con la plantilla especializada necesaria hasta poder ver entrando a los primeros usuarios.

La obra se reactivó en junio del año pasado, luego de pararse medio año para redactarse y tramitarse un modificado sobre el proyecto previsto inicialmente. La suspensión temporal se oficializó en la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Teror de 30 de noviembre de 2021, por lo que los trabajos se pararon hasta que se cambiaron los planos por otros nuevos, además de obtener la financiación necesaria para materializarlo.

La razón es que el covid había sacado a la luz la necesidad de mejorar la estancia de los internos. Bajo este argumento se optó por habilitar la azotea, que era intransitable hasta ese momento, como una cubierta transitable. Esto es, que debía aprovecharse. De esta forma se ha ganado otros 1.000 metros cuadrados de superficie diáfanos, en los que se está instalando una pérgola para disponer de una zona de sombra.

Esta nueva área de la residencia se concibe como un espacio complementario de encuentro con familiares y de esparcimiento, que permite divertirse con juegos de mesa como al dominó, y la celebración de todo tipo de actividades al aire libre.

La terraza garantiza amplias vistas panorámicas de Teror y hasta de la cúpula de la basílica del Pino.

El Ayuntamiento espera que la obra esté acabada al inicio de verano, tras los últimos cambios

El edificio proyectado cuenta con dos plantas y una superficie construida de 2.126 metros cuadrados, además de aparcamientos exteriores y jardines, a lo que se ha sumado la citada estancia de la azotea.

La residencia se compone de una planta baja destinada a fisioterapia y centro médico, zonas comunes, administración y cocina, entre otros servicios. Aquí se ubica el centro de día, con una capacidad para 30 personas. Además, tras el cambio arquitectónico se ha aprovechado un patio interior que era abierto en el techo, para cerrarse con un gran lucernario, lo que permite ahora disponer de un mayor espacio libre que es aprovechable todo el año.

La primera planta se ha dividido en tres unidades convivenciales, con la idea de que puedan agruparse usuarios de características parecidas, como familiares y amistades, o por razones médicas y del tipo de dependencia, para el desarrollo de programas específicos, como puede ser de psicogeriatría, demencias y alzheimer, entre otras.

«Lo que pretendemos es que parezca más un hogar que una residencia al estilo convencional», según los técnicos de la obra.

Cada sala cuenta con un office (cocina con servicios), para tomar un café con un familiar, si así lo desea. o bien poder charlar de una forma más privada.

En esta planta superior se localizan las 36 camas, en habitaciones individuales y de dos plazas, para que también puedan las parejas quedarse juntas. Cada estancia dispone de una sala compartida y baño particular.

Además, se ha incorporado al proyecto unos grandes ventanales de 2,50 metros de alto y 90 centímetros de ancho, para que ofrezcan mejores vistas y ganar en luminosidad, en vez de dos más pequeñas, como estaba previsto en un primer momento. De esta forma también se ahorra en la factura de la luz.

El presupuesto de la obra ha pasado de los iniciales 2,6 millones de euros, que fue financiado a través de línea subvención concedida por el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria del Cabildo de Gran Canaria (dentro del II Plan de Infraestructuras Sociosanitarias de Canarias), a los 3,4 millones de euros actuales, después de incorporarse los últimos modificados del proyecto. Por lo cual se ha encarecido en 800.000 euros, para adaptarse a los nuevos requerimientos de este modelo de residencia que trata de ser más hogareño.

Sergio Nuez: «El municipio tiene una población mayor numerosa y hace mucha falta»

El recinto contará con aparcamientos exteriores por el lado del Club de Recreo y Cultural el Mesón, que cedió en su momento una de las parcelas sobre la que se levanta la residencia en obras. El Ayuntamiento negocia con sus representantes la posibilidad de que ambas propiedades queden conectadas para que los usuarios dispongan de más zonas al aire libre y de los servicios que tiene el club, creándose de esta forma una zona de ocio común.

El centro cuenta también con tres ascensores: de servicios, montacargas y otro en la entrada.

«El centro es una petición de todos los vecinos de Teror. Hay una población mayor muy numerosa, que necesita esta residencia», señala Sergio Nuez.

La concejala de Servicios Sociales de Teror, Minerva Batista, resalta que también permitirá a muchos vecinos de Teror que están en centros fuera del municipio puedan volver al pueblo con esta nueva residencia, si bien aclara que la gestión recaerá en el Cabildo. 

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