Agosto con sabor a salitre en La Cícer

El calor y el oleaje del primer día del mes atrae a los bañistas y surferos a La Cícer

La marea alta fue el principal protagonista durante la hora del mediodía

Desde las alturas, el Auditorio Alfredo Kraus vigila las aglomeraciones de surfistas que se reúnen en las aguas de La Cícer el primer día de agosto. Con la tabla o el 'bugui' bajo el brazo y los cachetes pintados de crema solar fosforescente, los usuarios que practican este deporte forman parte de la vista típica que se puede apreciar en esta zona desde la avenida de Las Canteras.

La mejor cura para la calima y el bochorno es un baño entre las olas de la Cícer en la playa de las Canteras. Agosto amaneció con el característico polvo en suspensión africano y un ambiente caluroso que animó a los capitalinos a aprovechar el inicio de sus vacaciones tomando el sol. Una jornada que dejaba una estampa estereotípica de la popular playa de ciudad; madres con spray de crema solar en mano corriendo detrás de sus pequeños, afortunados sentados en los locales de la avenida disfrutando de una bebida, o 'mirones' que escogían el banco antes que la arena negra para sentarse a deleitar las vistas de la bahía.

A la hora del almuerzo el surfista, Itmar Diéguez, da por finalizada su jornada en el agua delante del balneario de La Cícer. Agosto se estrena entre los apasionados de este deporte como "un mes que parece ofrecer mayor oleaje" según relata el experimentado de La Isleta y corrobora la famosa web de previsión meteorológica Windguru. Un acontecimiento atípico, ya que las mareas 'cicereñas' de la temporada de verano no suelen acompañar a los canarios que practican este deporte. Diéguez explica la ausencia de olas entre estos meses debido al anticiclón subtropical de las Azores, que genera bajas presiones y afecta al archipiélago privándole de jornadas surferas. Para suerte del isletero, el tiempo decidió acompañarle en esta ocasión. "Se prevé un aumento de la fuerza mañana", manifiesta alegre Diéguez. Lo que es seguro es que no solo crecerá el tamaño de las olas sino también el número de personas que cogerán la tabla durante este miércoles, un factor que nunca podrán predecir las aplicaciones como Windguru.

'Ñoños' en remojo, brazos en jarra y la vista puesta en el horizonte; a algunos de La Cícer les gusta jugar a ser vigilantes de la playa sin equiparse el bañador rojo. Otros luchan contra una marea que no les da tregua, como la señora de mediana edad que intenta, sin éxito aparente, bañarse sentada en la orilla delante del gimnasio GO fit. Esta zona de la playa está desprovista del arrecife denominado 'La Barra', por lo que en días de bandera amarilla como el de ayer la pleamar permite al agua abrirse paso sin piedad por la arena incluso llegando a tocar el muro del paseo. Una situación que hace sufrir hasta a los aprendices de las escuelas de surf, que tratan de apañarse como pueden entre tanta espuma hasta la 13:30, cuando acaba el tiempo de las clases de verano en el agua.

El reboso significa fuerte marejada. En estos casos, los expertos en el arte de montar la ola sonríen y los propietarios de las tiendas del barrio de Guanarteme se frotan las manos cuando ven aparecer por la puerta del negocio clientes que han roto la amarradera de su tabla. "Las tiendas de surf viven del canario habitual que coge olas", explica el dependiente de uno de estos establecimientos. Al igual que para los surfistas, estos comercios especializados dependen de si hay fuerza en el oleaje o no. "Julio fue un mes bastante flojo para nosotros", narra el empleado. Por eso, el aumento de la intensidad de la marea en agosto ha devuelto a la vida a los negocios de Guanarteme.

"Cogimos las sillas, la nevera y bajamos a la playa", explican David Díaz y Marcos Santana. Un plan sencillo pero ideal para comenzar el mes de vacaciones. Los grancanarios disfrutan del panorama que ofrece La Cícer con una cerveza en una mano y el paquete de papas en la otra. Cerca de ellos, un grupo de chiquillos le ponen banda sonora a la jornada con su altavoz. Aunque el día esté soleado, la sombra de la avenida sirve de refugio para los que también quieren disfrutar de la jornada, pero no son fanáticos del agua de mar. "Está el día raro, no creo que me bañe" alega uno de los jóvenes que prefiere quedarse en la arena.

El 'echadero' de los jóvenes en La Cícer

Con el calor del mediodía, los jóvenes buscan la sombra de su echadero playero favorito: la zona inferior del paseo de Las Canteras. El lugar es frecuentado por adolescentes que eligen el resguardo de la avenida antes que traer la sombrilla de casa. Una decisión muy cómoda que les permite hacer hueco en la mochila para otros objetos deportivos como balones de fútbol o palas de playa.

Dos 'cholas' a modo de portería improvisada y algo que ruede lo suficiente como para poderse patear; este es el material necesario para pasar un día entretenido en la zona deportiva de La Cícer. El espacio entre el Auditorio y la calle Velarde permite a los usuarios hacer ejercicio al aire libre siempre y cuando se respete el disfrute del resto de bañistas. Aun así, el enclave también acoge a aquellos que deciden practicar deportes menos convencionales, como echar una luchada en la orilla o practicar acrobacias en el aire. Este último es el caso de dos jóvenes grancanarios, que saludan al resto de personas que pasean por la playa boca abajo mientras hacen el pino. Otros usuarios más 'pachorrudos' eligen el lugar para pasar el día tranquilos. Pablo Santana, Selene Dorta y Belinda Rodríguez disfrutan de la mañana veraniega tumbados sobre un pareo amarillo mirando la marea. Por separado los chiquillos de dieciocho años no son fanáticos de la playa, pero hoy han hecho una excepción al tratarse de una quedada grupal.

La pleamar del mediodía no frena a los que quieren jugar un partido de palas de playa a cuatro. A las dos de la tarde aún quedan unos pocos valientes que se clavan a la arena mojada de la orilla como pueden con cada llegada de la espuma. "Aquí estamos todo el año, disfrutando la playa con una sonrisa", expresa Santiago Viera, alias Chanito, un mítico de Las Canteras que dedica su vida de veterano a cuidar del material de la 'Asociación de Raqueteros Tiki Taka'. Entre intercambios potentes, los integrantes del club de palas de playa despachan la mañana. Desde fuera se ve sencillo, pero las palas de madera son características por su peso.

Expertos en la pala de madera

"La gente sabe que nosotros siempre jugamos aquí a la raqueta", alega el presidente del club, Falo Oramas, que a sus 69 años ha vivido la transformación de la playa urbana con el paso de los años. Oramas es una de las caras habituales que pasean por este enclave de La Cícer, por eso, el presidente de la asociación aclara que "en la zona todo el mundo respeta a los deportistas de raqueta, al igual que nosotros les respetamos a ellos". Al igual que los surfistas, los deportistas de la pelota de tenis y pala de madera ya forman parte del paisaje de Las Canteras.

Jugadores de palas playa pertenecientes a la Asociacion de Raqueteros Tiki Taka

Jugadores de palas playa pertenecientes a la Asociacion de Raqueteros Tiki Taka / José Carlos Guerra

"Aquí se congrega una multitud cuando organizamos torneos", declara Oramas. Los integrantes del colectivo cuelgan redes de voleibol y animan las jornadas playeras, llenando las escaleras ubicadas delante del GO fit de espectadores.

En una mañana caracterizada por su tranquilidad, los golpes de poder de Oliver, Andrés, Juani y Zayla atraen las miradas de los que pasean por la avenida. Muchos de ellos, aparcan la idea del continuar la travesía por el paseo a un lado para observar el espectáculo con detenimiento. Aunque parezca sencillo, el gran peso de la pala de madera dificulta la tarea de responder con contundencia al intercambio de golpes, no obstante, los jugadores acostumbrados a este juego pueden durar horas pasándose la pequeña pelota. Oramas expone que durante las mañanas entre semana, aunque haya pleamar, se puede "jugar más tranquilo" al haber menos personas que frecuenten la playa. Por la tarde cambia la cosa; los jugadores prefieren recoger sus raquetas y pasar el día camuflados como un bañista de La Cícer más.

Uno de los más jóvenes del grupo, Chicho Cabrera, narra la última aventura de la 'Asociación de Raqueteros Tiki Taka' en su viaje por las costas asturianas para competir. "Allí se preocupan más por aguantar, aquí nosotros le damos más importancia a golpear con fuerza", expone. Será que en las Islas Canarias se le da mayor importancia a la calidad, antes que a la cantidad.

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