XX FERIA DEL SURESTE

"Sube la papa y se acercan al campo"

El artesano y ganadero Francisco Ramírez Ortega pide en la feria del Sureste consumir productos locales para que no mueran los pequeños productores 

La feria, que cierra este domingo, congrega a cientos de visitantes en el cruce de Arinaga

150 stands de artesanía y productos agrícolas y alimentarios de Agüimes, Santa Lucía e Ingenio

"Han tenido que poner el saco de papas a 90 euros para que la gente ponga un poco más de interés en el campo y sepa los gastos que tenemos», comentaba este sábado Francisco Ramírez Ortega en la Feria del Sureste, mientras abotonaba el zurrón de una cabra con tiras de cuero del propio animal. Unos minutos de conversación con el artesano ofrecieron una panorámica real sobre la ganadería local canaria, el pequeño productor y el bagaje cultural que atesora la gente del campo. Como él mismo dijo «un viejo es un libro abierto para la sociedad. Hay unos que detienen y preguntan y otros que pasan de largo». 

El artesano fue uno de los 150 puesteros que asistieron a esta edición, creada por los ayuntamientos de Agüimes, Santa Lucía e Ingenio para dar a conocer y fomentar el producto agrícola y ganadero, así como la artesanía local. Cientos de personas se dieron cita en el Cruce de Arinaga a lo largo de la mañana para comprar, degustar y disfrutar de un encuentro, que ya va por su vigésima edición, y que finalizará este domingo a las tres de la tarde.

Francisco Ramírez explicó que había sido ganadero toda la vida, pero ya jubilado había traspasado las cabras a sus hijos, que vendían la leche a una empresa lechera de la isla. «Jamás en mi vida pensé que un saco de millo -25 kilos- llegará a once euros. Si usted se lo echa a tres cabras se lo comen en un visto y no visto», comentaba sobre la subida de precios que estaba experimentando el pienso para las cabras debido a la inflación de los precios, la guerra de Ucrania y el monopolio de algunas empresas. «Ya hay más terreno protegido que para los ganaderos; no nos queda sino comprar alimento», indicaba sobre otro de los handicaps a los que tienen que hacer frente el ganadero. «Como esto siga así, el chico muere y se quedan los cuatro grandes bailando la jota; nosotros terminaremos comiendo mierda de fuera», dijo a lo que estamos abocados, si no se fomenta y se compra el producto local. 

El artesano y ganadero Francisco Ramírez Ortega cosiendo un zurrón en la Feria de Sureste.

El artesano y ganadero Francisco Ramírez Ortega cosiendo un zurrón en la Feria de Sureste. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

El artesano, que lleva veinte años asistiendo a la feria, pedía a los asistentes que «colaboraran comprando» para que este encuentro continúe hacia adelante, aunque confesaba que en esta edición los visitantes habían optado más por la compra de alimentos, dado que es lo prioritario. «Prima la comida. De rebote compran algo; hay que entenderlo por la crisis», decía Francisco, que vendía alfombras de piel de cabra a 200 euros, zurrones y otros artículos hechos de piel en nombre de la asociación La Molina Cho’ Eloísa, que hace honor a la dueña de uno de los molinos que había en el Sureste.

«Aquí no hay maña, ni fuerza, sino paciencia», indicaba sobre las habilidades que había que tener para trabajar la piel curtida, mientras enseñaba el pellejo de un cabrito sin costuras, que había salido entero al desollar al animal. «Los utilizaban nuestros antepasados de nuestros antepasados para transportar la leche», comentaba Francisco sobre el uso del zurrón con el pelo aun del animal. Los ‘depilados’, apuntaba, eran los que se usaban para amasar el gofio.  

Razón tenía Francisco Ramírez porque este sábado los mayores remolinos de gente se formaban ante los puestos de fruta, dulces, mieles, vinos, aceite y aceitunas, queso y otras variedades alimentarias que se vendían en la feria. Los tres ayuntamientos tenían representación de sus productos locales, pero estos eran más reducidos que los stands de artesanía. 

Kilombo Improvisado cierra la feria

La Feria del Sureste continúa abierta este domingo, aunque solo hasta las tres de la tarde. El horario de apertura será a las 10.00 horas y los asistentes podrán disfrutar de actividades musicales, juegos tradicionales y teatro hasta el cierre de su edición. El versador Yeray Rodríguez y Conciencia Urbana serán los encargados de abrir la programación musical en la plaza de Primero de Mayo, a partir de las 11.00 horas. Tras su actuación, se hará entrega de una placa de reconocimiento a los artesanos de la comarca y, a continuación, será el turno del grupo grancanario Los Gofiones, que estarán amenizando a los asistentes hasta las 14.00 horas. Kilombo Improvisado serán los encargados del cierre de esta vigésima edición hasta el próximo año. También habrá juegos tradicionales, de 11.00 a 13.00 horas, en la plaza de la Zafra junto a la iglesia, a cargo de Asociación Folclórica La Revoliá, y una muestra de teatro de Cancionero Isleño de la mano de Borondona y su amigos en tres pases, a partir de las 11.30 horas y hasta media hora antes del cierre.

Variantes del producto local

Uno de los puestos dedicados a la alimentación era el de la Quesería Giuseppe Mansueto, situada en Ingenio, que fabrica quesos italianos utilizando la leche local de vaca además de otros productos como pasta fresca y base de pizzas. Un ejemplo de cómo disfrutar del producto kilómetro cero con otro sabor. 

«Llevamos seis años en Gran Canaria; vendemos en la quesería, en ferias incluso a domicilio a través de la web y en otras islas», comentó Yaneisy Garrote, empleada del establecimiento, en el que trabajan a día de hoy 17 personas. 

«El producto estrella es la burrata y la mozarella», indicó la joven, quien apuntó que la peculiaridad de los quesos italianos es que sirven también para cocinar. La venta se da tan bien que pronto abrieran un restaurante en Las Palmas de Gran Canaria para que la gente sepa cómo utilizar estos productos frescos, de kilómetro cero y sabor italiano en la cocina.

La feria continúa este domingo abierta, pero solo hasta las tres de la tarde. Aparte de las actividades musicales y de entretenimiento para los más pequeños, figura también la posibilidad de aprender a utilizar mejor los productos locales en la cocina de la mano de expertos. En ese sentido, Javier Castillo junto a Canarutex enseñará el uso alimentario que tiene la cochinilla, un insecto tradicionalmente utilizado para hacer tinte para la ropa (11.00 horas). A continuación, el personal de la Panadería Amaro explicará cómo son los panes artesanos sin gluten (11.40 h) y después Autoservicio Camila pondrá al día a los asistentes sobre el mojo para aceitunas (12.50 h). 

Cerrará esta interesante actividad, el cocinero Dani Castro, segundo mejor chef de Canarias en la última edición del Salón Gastronómico de Canarias. Castro ofrecerá un menú con sabor al Sureste con el que poner en valor los productos de la zona de Agüimes, Santa Lucía e Ingenio.

El alcalde de Agüimes Óscar Hernández junto a la dueña y cocinera de San Antón.

El alcalde de Agüimes Óscar Hernández junto a la dueña y cocinera de San Antón. / L. SÁNCHEZ

Este sábado, le tocó al alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, ponerse el mandil, como anfitrión de la feria, y echar una mano a la cocinera del restaurante San Antón, del mismo municipio, que cocinó unas carajacas que luego pudieron degustar algunos de los asistentes. El alcalde de Agüimes reconoció que es un hombre «de cuchara» y que le entran muy bien los potajes de berros, las lentejas y el sancocho. «Nuestro pasado histórico está ligado a la agricultura como fuente básica de salvación de las familias», apuntó el alcalde. Y también a la producción de vino. «Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, esta región tuvo una buena proyección de vinos hasta principios del siglo XIX para luego desaparecer. Desde hace unos 25 años, los municipios hemos iniciado un proceso de recuperación de la uva, no solo para comerla, sino para transformarla en vino, que están obteniendo muchos premios. Es un motivo para estar orgullo, no solo por rescatar una actividad económica, asociada a una identidad como es la producción de vino, sino porque también mantenemos el paisaje», declaró.

Efectivamente, el vino se vendió como la espuma en la feria, lo mismo que el ron y hasta la cerveza artesanal que se produce en los pagos del Sureste. Lo mismo ocurrió con los bocadillos de pata que ofrecía el asadero El cerdito Feliz y los helados cuando comenzó a ser la hora de la comida, momento en el que la feria aflojo de asistentes.

Cecilia Rodríguez Jiménez y su nieta Yamila, en la feria del Sureste.

Cecilia Rodríguez Jiménez y su nieta Yamila, en la feria del Sureste. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

La feria del Sureste fue también un ejemplo de como las viejas y nuevas generaciones pueden compartir actividades y aprendizajes. En uno de los stands se encontraba Cecilia Rodríguez Jiménez, artista del ganchillo a sus 77 años, viendo las flores y plantas creadas con el gancho y el hilo, junto a su nieta Yamila, estudiante de diseño de interiores, pero también muy creativa con la bisutería. Ambas compartían espacio con sus creaciones. «En Canarias tienen mucho tirón lo de las flores, llaman mucho la atención. A mí me gustan mucho las plantas, ahora mismo estoy mirando esa palmera y estoy pensando como hacerla», manifestaba Cecilia, quien apuntó que la feria no es solo una oportunidad de venta para los que exponen, sino también para todo el municipio en el que cada año recae la feria, ya que todos los comercios se benefician esos días de una masiva asistencia de público. También una oportunidad para que los niños aprenden de los mayores, aunque en su caso Yamila todavía no ha aprendido a darle al gancho.

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