Un brutal oleaje engulle San Cristóbal, anega viviendas y deja múltiples destrozos

La fuerza del mar sorprende a los vecinos del barrio marinero y lo inunda en dos ocasiones

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria coloca barreras de hormigón para mitigar las olas

La fuerza del oleaje inunda el barrio marinero de San Cristóbal (10/04/2024)

Adzubenam Villullas / José Pérez Curbelo

Eran más de las dos de la mañana cuando la hermana de Inmaculada Peña fue a despertarla. Acababan de sentir un estruendo que hizo retumbar la casa, son de San Cristóbal y están acostumbrados a escuchar el ruido de las olas, pero nada comparable a lo de esta vez. «Bajamos las escaleras y me encontré la ventana de la cocina flotando en el salón», explica, «el agua reventó la puerta de la calle y la ventana, tenía como medio metro dentro». La marea le entró por los dos lados de su casa, tanto por el que da al paseo como el que da a la calle Timonel. Un brutal oleaje engulló este miércoles el barrio marinero de Las Palmas de Gran Canaria dejando destrozos y casas anegadas a su paso, y lo hizo por partida doble.

«Esto no lo había visto nunca», esa es la frase que más repitieron los vecinos del barrio marinero por excelencia de Las Palmas de Gran Canaria. El fuerte oleaje que ha azotado en las últimas horas al Archipiélago dio de lleno en este punto del litoral capitalino durante toda la jornada. Primero de madrugada, sorprendiendo a todo el vecindario, y por segunda vez a primera hora de la tarde, cuando la marea volvió a subir, aunque en esta ocasión se preparon con sacos, tablones y toallas.

Los vecinos de la calle Timonel fueron de los más afectados. El callejón interior se convirtió en una auténtica ratonera, de tal manera que el agua se fue acumulando entre las casas. Al tener muchas viviendas entradas directas tanto a esta vía como al paseo marítimo, la marea se comunicaba por ambos lados. «El agua me llegaba por la rodilla», señala Alicia Navarro, quien ante la impotencia y el miedo que pasó tuvo que sacar en volandas a sus dos hijos menores, «estaban desalados, el mar arrancó la puerta de atrás y no paraba de entrar agua». Entre las pérdidas enumera, «zapatos, juguetes, la nintendo, el sillón está para tirar a la basura, no tengo ni luz».

Con baldes y cepillos

A eso de las tres de la tarde, la estampa desoladora volvió a repetirse, aunque con menor intensidad. En el fondo de saco de la calle Timonel, anegada casi por completo, los vecinos no pararon de sacar agua con baldes y cepillos del interior de sus casas o dirigir la escorrentía hacia las arquetas que abrieron los bomberos en las horas previas. Lo hacían por segunda vez en menos de 24 horas. 

El fuerte oleaje inunda el barrio de San Cristóbal de Las Palmas de Gran Canaria

LP/DLP

No obstante, en algunas casas las barreras improvisadas con la ayuda de los cuerpos de seguridad y emergencias hicieron efecto, «tengo por fuera tres sacos de cemento, los tablones y por dentro dos corchos y tres toallas», apuntó María. «Ha ido un poco mejor que anoche», añadió Yerobe Monzón, otro vecino, mientras dirigía el agua hacia la arqueta que tiene delante de su casa; aseguró no haber pegado ojo «desde que tocaron para avisarnos».

«Lo que hicieron en el muro fue un error», aseguró Francisco JavierPérez, «con la última reforma quitaron la escalera, el agua ya no tiene salida y se forma una piscina». Esta es una opinión generalizada entre los vecinos, quienes no entienden cómo en la bocacalle de Timonel ya no hay una bajada a la playa, «como la había antes y como la hay en otras partes del paseo para evacuar el oleaje».

Labores preventivas

La alcaldesa, Carolina Darias, estuvo presente en el barrio marinero durante buena parte de la jornada, junto a Pedro Quevedo, concejal de Ciudad de Mar, además de otros miembros de la Corporación municipal. «Hemos estado realizando labores preventivas, todos los servicios están activados y fruto de ese trabajo la afección del mediodía ha sido menor que la de por la noche», apuntó a los medios. Sin que llegara a ser necesario, pusieron a disposición de los vecinos varias instalaciones por si tenían que ser desalojados.

De cara a posibles nuevas inundaciones durante la noche con la pleamar, Darias señaló que colocarán barreras de hormigón tipo new jersey que hagan de muro de contención, «las pondremos en los sitios críticos que estimen los bomberos para intentar que los vecinos puedan estar más tranquilos». Además de recalcar que habrá nuevas tareas de limpieza de callaos cada vez que baje la marea. También han actuado Emalsa, entre otros servicios.

Diques semisumergidos

Quevedo, por su parte, indicó que «a veces las desgracias sirven para revitalizar determinadas cuestiones, la idea será recuperar el anteproyecto de escollera exterior». Ciudad de Mar desveló en 2019 su intención de construir diques semisumergidos frente al barrio marinero para protegerlo, pero desde entonces la idea ha permanecido en el cajón. Una medida que deberán poner sobre la mesa a otras administraciones.

«El cambio climático ya está aquí, la fuerza del mar así lo acredita», añadió Darias. El edil de Ciudad de Mar también achacó a este fenómeno la situación que está viviendo el barrio marinero, «ha venido para quedarse y esto será cada vez más frecuente»; además, indicó que el estado del muro del paseo marítimo y su diseño «suponen un peligro añadido».

Primer balance de daños

Y es que en un primer balance de daños, la fuerza del mar ha provocado numerosos desperfectos en el barrio marinero. A lo largo del paseo y las diferentes bocacalles se suceden las lozas del muro tiradas, ladrillos y callaos, algunos de grandes dimensiones que, incluso, entraron en algunas viviendas ante la fuerza de las olas. El mar enfurecido también arrancó puertas y ventanas de varias viviendas, además de causar daños considerables en el alumbrado público. 

«La impotencia es muy grande, estoy recién operada y cuando me levanté me resbalé porque no sabía que había entrado el agua», resaltó Mercy. En ese momento, cuenta, las olas subían «hasta el décimo escalón» de la escalera que conecta Timonel con Santiago Tejera Ossavarry. Con la vista puesta en la rejilla de la ventana o en la puerta de casa, el miedo se palpa entre los vecinos.

Inundaciones en San Cristóbal por la mala mar

La Provincia

«Esto es lo nunca visto», señala Teresa, a sus 85 años, desde su ventana en un segundo piso. Otros vecinos recuerdan el agua entrando en Timonel «hace 55 años», pero no de una forma tan virulenta como en esta ocasión. Durante la noche, la Policía Nacional tuvo que evacuar de sus casas a siete personas. Entre otros, los agentes ayudaron a salir a una familia con una señora mayor y dos menores de 7 y 12 años de edad.

También acudieron en auxilio de una pareja septuagenaria tras ser alertados por un chico, quien señaló que sus abuelos estaban en el interior de su vivienda. Cuando llegaron los agentes el agua había alcanzado los 50 centímetros dentro de la casa y el matrimonio permanecían allí asustados y sin luz. La mujer recibió un fuerte golpe tras caerse previamente, por lo que fue trasladada al Hospital Insular. Otra persona fue atendida por un ataque de ansiedad.