Drama Moleiro: la recaída le obliga a volver con la UD Las Palmas tras el parón de octubre

Un esprint en el segundo entrenamiento de Las Palmas antes de visitar al Girona provoca al jugador, que aún no estaba listo, una lesión más grave

El nuevo plazo, unas ocho semanas

Alberto Moleiro se dispone a sacar un córner en el amistoso ante el Almería, en julio.

Alberto Moleiro se dispone a sacar un córner en el amistoso ante el Almería, en julio. / Francis González

Si Alberto Moleiro no ha debutado todavía en Primera División es porque tuvo una recaída grave en la semana del partido frente al Girona FC cuando aún no estaba listo para entrenar al máximo nivel. El plan para recuperarle, por tanto, falló, y ahora no podrá jugar hasta después del próximo parón de selecciones, a mediados de octubre. La microrrotura inicial en el bíceps femoral izquierdo que en principio debía tenerle fuera en torno a un mes se convirtió en una rotura, y de repente el contador de su restablecimiento volvió a cero y el plazo del mismo se extendió hasta las ocho semanas, quizá seis si la progresión es la adecuada. Esta vez sí, en todo caso, no habrá prisa alguna.

La poca claridad por parte de la entidad amarilla en cuanto a la lesión del centrocampista, llamado a ser uno de los futbolistas más importantes de la plantilla amarilla en Primera División, ha agrandado la incertidumbre de una afición deseosa de ver en acción al tinerfeño y más confusa si cabe tras el comunicado que la UD emitió el pasado martes al mediodía, en el que no revelaba la recaída ni aportaba luz sobre la fecha de vuelta del jugador. «Alberto Moleiro sigue en proceso de recuperación de la lesión en el músculo bíceps femoral izquierdo y continúa en fase de tratamiento. El tiempo de baja estimado, según evolución», rezaba.

El calvario del ‘10’ comenzó el 5 de agosto con una microrrotura que se convirtió en rotura

La pesadilla de Moleiro, mucho más animado que el pasado 29 de agosto, día en que recayó, comenzó tres semanas y media antes, cuando cayó lesionado en el último partido amistoso de la pretemporada, frente al RB Leipzig en Alemania. El canterano entró al terreno de juego en el minuto 62 y tuvo que retirarse en el 81 por culpa de una «microrrotura en el bíceps femoral izquierdo», tal y como informó el club dos días después, el 7 de agosto. La nota tampoco especificaba el plazo de recuperación, pero el mismo se estableció en torno a un mes.

A partir de ese momento el tinerfeño comenzó un proceso que transcurrió por el camino correcto hasta que una serie de decisiones equivocadas cambiaron el rumbo y tuvieron como consecuencia una lesión mayor que la inicial.

Todo en orden

El 16 de agosto, 11 días después del percance y dos antes del partido de la UD en Mestalla, la entidad difundió una imagen en la que aparecía el tinerfeño acompañado del readaptador Andrés Pérez mientras realizaba carrera continua. Todo iba según lo previsto. 

Una semana después, el 24 del mismo mes, Xavi García Pimienta se refirió al jugador cuando fue cuestionado por su estado en la previa del choque frente a la Real Sociedad. «No llega esta semana. Me gustaría decir que llega para la semana que viene, pero tampoco quiero correr ningún riesgo con él. Está haciendo ya cosas cercanas a entrenar con el grupo y si no pasa nada raro, la semana que viene ya se incorporará con el grupo y veremos la evolución. Alberto está quemando procesos, a fuego lento, pero también sin pausa», comentó entonces el entrenador.

Decisión fatal

Sin embargo, la realidad demostró tan sólo cinco días después que se había ido demasiado rápido: un esprint del jugador, que había recibido el visto bueno para hacerlo porque trabajaba ya con el grupo, agravó la rotura que ya tenía y aún no había cicatrizado. Alguien había tomado una decisión equivocada. Las pruebas de los días después revelaron lo que todos sabían ya desde ese martes fatídico en el segundo entrenamiento para preparar la cita ante el Girona: Moleiro había recaído y el nuevo plazo de recuperación era de unas ocho semanas.

El jugador quedo preso de la tristeza. Incluso, subió una foto a una de sus redes sociales en las que aparecía él acompañado de unos emoticonos que reflejaban aflicción. La interpretación de los mismos no dejaba lugar a la duda. Algo había pasado.

"No está al 100%"

El viernes 1 de septiembre, tres días después de la recaída, García Pimienta ocultó el nuevo percance del centrocampista y lanzó un mensaje parecido al de la semana anterior: «No está todavía al 100%. Se va a quedar aquí a recuperarse bien. Tenemos el parón de la semana que viene que nos vendrá bien y esperamos que para la siguiente semana esté en condiciones de jugar». Nada más lejos de la realidad.

La oscuridad en cuanto a la lesión de Moleiro tocó techo a los dos días, justo después de la derrota del equipo en Gerona. Cuestionado por este medio en la sala de prensa de Montilivi por si el jugador estaría disponible para el primer encuentro después del parón, el próximo domingo (17.30 horas) contra el Sevilla FC en el Ramón Sánchez-Pizjuán, el técnico, después de titubear al inicio y en un visible estado de desconcierto, comentó: «Moleiro, en principio, debería estar. Debería entrenar la semana próxima».

El percance impide al tinerfeño jugar en dos estadios de primer nivel como el Pizjuán y el Bernabéu

El caso es que Moleiro se había roto cinco días antes y en ningún caso se le esperaba para jugar en Sevilla, ni siquiera antes del parón de octubre. A García Pimienta le tocó dar la cara, como casi siempre, y por algún extraño motivo, quizá para protegerle, la UD, tras la semana de entrenamientos sin partido de Liga, recordó en su escueto y poco aclaratorio comunicado que el jugador seguía «en proceso de recuperación».

Sea como fuere, Moleiro ha sido el gran perjudicado de un error que siempre puede suceder, en cualquier ámbito, pero cuya ocultación había sembrado mucha incertidumbre sobre el estado real del futbolista, que en la temporada de su debut en Primera se verá obligado a ver los partidos de su equipo en dos estadios de enjundia como el Ramón Sánchez-Pizjuán y el Santiago Bernabéu desde el sofá. Una pena no sólo para él, sino también para el equipo, necesitado de recursos en la parcela ofensiva por lo visto hasta ahora. Todos le esperan. 

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  • Moleiro se lesiona en el último partido de la pretemporada, frente al Leipzig en Alemania. Dos días después el club revela que sufre una microrrotura en el bíceps femoral izquierdo, sin plazo de recuperación. 
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  • El club muestra una fotografía del jugador junto al readaptador Andrés Pérez mientras hace carrera continua en Barranco Seco. Llevaba más de una semana en el gimnasio La recuperación va según lo previsto. 
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  • García Pimienta, en la previa del choque ante la Real Sociedad, asegura que «Alberto está quemando procesos, a fuego lento, pero también sin pausa», y añade que «si no pasa nada raro, la semana que viene ya se incorporará con el grupo».
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  • Llega la recaída. Alberto Moleiro, con el visto de alguien de la UD, y ya con el grupo, realiza un esprint y recae de su lesión. La microrrotura se convierte en rotura y el nuevo plazo de recuperación es de unas ocho semanas, por lo que no volverá hasta después del parón de octubre.
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  • Tres días después de la recaída, García Pimienta comenta antes del viaje a Gerona que Moleiro «no está todavía al 100%», y que espera que «para la siguiente semana» tras el parón «esté en condiciones de jugar».
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  • Tras caer en Gerona, en la sala de prensa de Montilivi, el técnico de la UD titubea de manera visible cuando este medio le pregunta por si el jugador estaría en Sevilla: «Moleiro, en principio, debería estar».
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  • La UD Las Palmas emite un comunicado en el que anuncia que Moleiro «continúa en fase de tratamiento» sin revelar la recaída ni establecer una fecha aproximada de su vuelta, que será «según evolución».

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