Elecciones europeas

Canarias mira a Europa para reforzar su encaje en el contexto más incierto

Empieza una campaña electoral en un clima de polarización y ruido político sin apenas debates sobre el futuro de la UE

Alertas isleñas ante el 9 J

Alertas isleñas ante el 9 J / LP/DLP

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Arranca la campaña para las elecciones del 9 de junio en España al Parlamento Europeo, una cita que se desarrollará desde tres días antes en los distintos estados miembros de la UE La cita es de una trascendencia política, económica y social pata todo el continente que contrasta con el escaso debate público sobre los grandes retos a que se enfrenta el proyecto comunitario. Un contexto nacional dominado por la polarización y la batalla interna entre el precario Gobierno de Pedro Sánchez, y una oposición de PP y Vox que persigue un castigo a toda la ‘agenda sanchista’ impide una confrontación racional de ideas sobre lo que Europa necesita para los próximos cinco años. El hecho de que en esta ocasión no coincidan con otras elecciones, como ocurrió cuando en 2019 se simultanearon con las autonómicas y locales, podría hacer caer la participación de forma muy notable. Se eligen 61 escaños en todo el Estado en circunscripción única, dos más que hace cinco años, y están convocados a las urnas algo más de 38 millones de electores en España, de ellos 1,8 millones de canarios.

Son las primeras elecciones tras el ‘brexit’ y la guerra en Ucrania por la agresión rusa a su vecino proeuropeo hace más de dos años, y también se juega el futuro comunitario en un tablero internacional dominado por las nuevas guerras comerciales, la incertidumbre sobre el futuro del gran aliado americano de la UE tras sus elecciones presidenciales de noviembre, por el conflicto en Gaza y los desmanes israelíes en la franja, y por el horizonte cada vez más dramático de buena parte del continente africano y sus consecuencias en términos de presión migratoria hacia Europa a través de las mortales rutas marítimas en el Atlántico y el Mediterráneo. Canarias está en el cruce de varios de estos elementos determinantes del futuro europeo y mira con preocupación hacia ese futuro temiendo perder posiciones en su encaje como región ultraperiférica necesitada de políticas específicas que garanticen su desarrollo en igualdad de condiciones que el resto de territorios continentales.

Plebiscito sobre Sánchez

La campaña electoral se inicia en España condicionada por una situación de incertidumbre y con una importante parálisis política y legislativa como consecuencia de la debilidad del actual Ejecutivo de coalición de PSOE y Sumar con el apoyo parlamentario de los nacionalismos catalán, vasco, gallego y canario, y a la espera del resultado del 9-J para evaluar sus consecuencias en el ámbito interno. Todavía con una legislatura al ralentí por las elecciones de primavera en País Vasco y Cataluña, y pendientes aún de que tras las europeas se despeje el futuro gobierno de la Generalitat catalana, el 9-J supone un punto de inflexión en la agenda de Sánchez y su resultado decidirá el devenir político estatal.

La condición de plebiscito sobre la gestión de Sánchez que tanto el PSOE como el PP de Núñez Feijóo han otorgado a esta consulta obligará a una lectura de la jornada en esa clave. Los mensajes de los principales líderes y candidatos en la precampaña apuntan claramente en esta dirección y ello ha vaciado de contenido europeísta todo evento electoral, y amenazan con enmascarar con ‘ruido’ político nacional los grandes debates sobre Europa que tendrían que estar produciéndose. Máxime en el contexto internacional antes mencionado y ante las amenazas globales del cambio climático y la necesaria transformación energética, el resurgimiento del nacionalismo, la expansión de la influencia rusa y china en África, las crisis humanitarias y sus consecuencias en el fenómeno migratorio, y el auge de la ultraderecha antieuropeísta. 

Partidos euroescépticos

Las expectativas de crecimiento de los partidos euroescépticos o abiertamente anticomunitarios racistas, xenófobos y de postulados autoritarios constituyen precisamente uno de los elementos que hacen de este 9-J una jornada decisiva para el futuro de la UE y para la cultura de consenso político y social del proyecto. El foco está puesto en estos momentos en la expectativa real de que se den los números y las condiciones para que la familia liberal y demócratacristiana, aglutinada en el PPE (Partido Popular Europeo), rompa su tácita alianza de la reciente historia comunitaria con los socialdemócratas para gobernar la UE, y tejan otra nueva con algunos de los grupos de ultraderecha algo más blanqueados. Nunca hasta ahora el populismo antieuropeísta tenía un horizonte real de ser determinante en el PE y en el ejecutivo de Bruselas, y buena parte del debate de esta campaña estará centrado en los riesgos de que eso pueda suceder.

Que líderes como la francesa Marie Le Pen, la italiana Giorgia Meloni, el húngaro Viktor Orbán, el portugués André Ventura, o el español Santiago Abascal tengan opciones de condicionar el futuro del proyecto europeo, parece estar asumido por los dirigentes de los partidos conservadores históricos de los países miembros, y puede abrir una brecha importante en el proyecto y polarizar definitivamente la vida política en el Parlamento y en el seno de los 27. Este escenario puede tener importantes consecuencias para la gestión de la política migratoria, uno de los temas sobre los que Canarias pretende sensibilizar a Bruselas. La propuesta de quince países para desviar a países terceros a migrantes rescatados en el mar es un ejemplo de las políticas que se pueden avecinar.

La campaña abre con varios de los principales candidatos canarios intentando trasladar a sus respectivos partidos o listas electorales la agenda isleña para los próximos cinco años en la política comunitaria, que además de la migración tiene entre sus principales objetivos desarrollar medidas que refuercen su encaje singular en la UE como región ultraperiférica en aspectos como la presión poblaciones y el consumo de territorio, la cuestión energética, minimizar los efectos del ‘pacto verde’ en sectores como el turismo y la agricultura, o el mantenimiento de los más de 2000 millones de fondos de cohesión del último presupuesto comunitario, algo que estaría en riesgo cuando alguno de los 10 países que han tramitado su ingreso en el club (entre ellos Ucrania, Turquía y los países balcánicos) logren ese objetivo. Las negociaciones sobre las perspectivas financieras a partir de 2027 dependerán en gran parte de los resultados del estas elecciones y los intereses de Canarias podrían quedar tocados.

Presión demográfica

Uno de los temas que se ha colado en la campaña es el crecimiento demográfico en territorios frágiles como el Archipiélago, sobre el que se pretende una legislación específica para ellos con el objetivo de limitar la compra de viviendas a los extranjeros. Es un asunto muy sensible que entra en colisión con algunos principios de la UE y sobre el que está incidiendo muy especialmente el candidato de CC, Carlos Alonso,integrado como número dos en la lista Coalición por una Europa Solidaria junto al PNV. Con este argumento como bandera confía el nacionalista en lograr los 120.000 votos que necesitaría en Canarias para, sumados a los 450.000 esperados por el partido jetxale en el País Vaco, conseguir el escaño.

Los otros dos candidatos isleños en puestos de salida son los ya eurodiputados desde hace tres legislaturas Juan Fernando López Aguilar (PSOE) y Gabriel Mato, números trece y once de sus respectivas listas. El exministro de Justicia tiene un arranque potente de campaña este domingo en un acto en la capital grancanaria junto a la cabeza de lista de su partido, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a su vez candidata a formar parte de la próxima Comisión Europea. López Aguilar también se muestra sensible con el hecho de que el exceso de turismo ponga en riesgo el derecho de los canarios a la vivienda. Por su lado, Mato hace más hincapié en el peligro de que el pacto verde europeo por la descarbonización acabe afectando de manera irreparable precisamente al sector turístico, pero también a la agricultura y la ganadería canarias. El eurodiputado popular se ha desmarcado de la propuesta nacionalista sobre limitación poblacional en las Islas.

Los otros 29 candidatos canarios integrados en alguna lista no tiene opciones reales de sacar pasaporte a Bruselas. Por parte de Nueva Canarias, Lorena López ocupa el decimonoveno puesto en la lista de Sumar, mientras que Ana Gloria Ruano está colocada en la vigésima posición en la lista de Podemos, que encabeza Irene Montero. En la de Vox, Alejandra Patricia Millán va en el 46 y Nicasio Galván ocupa el 57.