San Bartolomé de Tirajana

La garcilla bueyera coloniza el sur de Gran Canaria

La sequía en la Península y la falta de comida provoca el desvío de estas aves a Gran Canaria, donde llevan dos meses y medio alimentándose en jardines de Maspalomas

Ejemplares de garcillas bueyeras en Maspalomas

Juan Castro

Cien ejemplares de garcilla bueyera campan a su antojo por Maspalomas desde hace dos meses y medio. La crisis climática y la sequía en sus áreas de descanso en la Península ha ocasionado que en su periplo migratorio se desvíen a Gran Canaria para buscar alimento, agua y para anidar. «No se le puede catalogar como especie invasora porque no desplaza a ninguna otra especie», señala el experto José Luis Navarro.

La garcilla bueyera coloniza Maspalomas. El aumento generalizado de las temperaturas, el desajuste en los ciclos de lluvia y las fuertes sequías han provocado que ejemplares de esta especie, habitual en áreas del delta del Ebro o Doñana durante su migración desde Europa al norte de África en el invierno y a su vuelta a principios del verano, se haya desviado hasta Gran Canaria. En la isla se detectaron las primeras poblaciones en 2017 en Tamaraceite y en Espinales, en el Cruce de Arinaga, pero ya se han trasladado a San Bartolomé de Tirajana, donde ha aumentado su presencia, ya han nidificado y donde se contabilizan ya al menos un centenar de ejemplares distribuidos por el Campo Internacional de Maspalomas.

Cuando llega el frío en Europa estas aves viajan a áreas tropicales del norte de África, hacia el delta del Nilo y a las zonas húmedas y de cultivo en el Atlas marroquí y en su travesía descansan en la Península en espacios como Doñana que ahora están prácticamente secas, por lo que a su regreso a Europa a finales de la primavera han trasladado su rumbo a Gran Canaria.

«Las grandes lagunas donde había agua se están secando y las pocas que hay están saturadas de aves de mayor tamaño como flamencos o garzas y además hay poca comida, por lo que estas aves han encontrado en la isla un lugar en el que sobrevivir», señala José Luis Navarro, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, experto en gestión medioambiental y diversidad y miembro del colectivo SEOBirdlife. «En la Península apenas ha llovido y hace mucho calor y esas no son condiciones agradables para buscar comida, pues estas aves se mueven por zonas de cultivo y zonas verdes humedecidas», añade.

El experto ya han contabilizado unos cien ejemplares y señala que funcionan como un regulador de plagas

Precisamente por eso los animales que inicialmente se hallaron en la capital y en Agüimes se han marchado al sur de la isla, donde hay grandes zonas ajardinadas. De hecho, para sorpresa de muchos curiosos, puede encontrarse las 100 aves repartidas por las zonas verdes del ParqueSur, la rotonda ubicada junto a la jefatura de la Policía Local y resto de áreas ajardinadas del Campo Internacional de Maspalomas. «Deberían quedarse aquí apenas 10 días para descansar en su regreso desde África a Europa, pero ya llevan dos meses y medio», manifiesta el experto en ornitología.

Navarro señala que estas aves no son perjudiciales para la biodiversidad del municipio. «No se les puede catalogar como especie invasora porque no están desplazando a otras especies, solo se está asentando y solo usan la charca de Maspalomas para dormir y huir de los estímulos lumínicos, no para alimentarse porque su comida la buscan en las zonas ajardinadas urbanas», relata. Se abastecen de arañas, hormigas, saltamontes, lajartijas o ratones. «Realmente estos animales nos están haciendo un favor porque están funcionando como un regulador de plagas natural», cuenta el experto.

Los animales se han ido de Tamaraceite y Agüimes a Maspalomas por existir grandes zonas ajardinadas

¿Cuándo podrían convertirse en un problema? «Ya lo veremos, cuando crezcan en un número suficiente, sus excrementos hagan algún tipo de daño u ocupen mobiliario público, pero eso es muy raro porque estas aves duermen en los bosques de tarahales ubicados en el interior de la charca de Maspalomas», apunta el técnico. De hecho, ya allí han empezado a reproducirse y ya han tenido varias puestas.

La presencia de estos animales ha llamado considerablemente la atención de los transeúntes durante las últimas semanas, pues en ocasiones se les puede ver en grandes grupos. «La presencia de estas aves nos recuerda que si renaturalizamos las ciudades no solo nos beneficiamos los ciudadanos porque refrescamos la zona, sino que también atrae y fomenta la biodiversidad», sentencia el experto en gestión medioambiental.