Mogán

El barco Spirit of the Sea con base en Puerto Rico celebra 25 años de avistamiento de cetáceos

Fue el primero que arrancó la actividad en la isla en 1999.

Bodas de plata del Spirit of the Sea

Juan Carlos Castro

Lleva un cuarto de siglo de vida navegando las aguas del sur de la isla para mostrar a los ojos de Europa la amplia presencia de cetáceos que existe en el mar de Gran Canaria. Y además de su actividad turística, el Spirit of the Sea, la embarcación de Javier Zaera y Amaya Bilbao, colabora con distintos proyectos de la comunidad científica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan).

En 1986 llegó a Gran Canaria para trabajar como monitor de vela y windsurf en una empresa alemana que buscaba personal para abrir estaciones náuticas en Lanzarote y Fuerteventura, pero la fuerte oposición de los colectivos ecologistas echó aquel proyecto por tierra, se marchó de la compañía y se fue a Francia a buscar un catamarán de vela con el que empezó a realizar excursiones desde Puerto Rico para enseñar a los turistas a navegar. Fue así como Javier Zaera, hasta entonces profesional de la fotografía, descubrió la presencia de cetáceos en aguas del sur de la isla, aunque al volver a tierra se percató de que nadie, salvo pescadores y científicos, sabía de aquella "maravilla de la naturaleza".

Javier Zaera y Gloria Muñoz, copropietario y gerente del Spirit of the Sea, frente al barco este jueves.

Javier Zaera y Gloria Muñoz, copropietario y gerente del Spirit of the Sea, frente al barco este jueves. / Juan Castro

"Era curioso, ¿cómo nadie podía saber aquello?", reflexiona el empresario, quien a la vez que se dio cuenta de que sus clientes lloraban de emoción cada vez que observaban delfines y ballenas, también advirtió que aunque los animales estaban allí era cada vez más complicado llegar hasta la zona con un catamarán de vela. Supo que debía cambiar de barco para realizar aquella actividad y en un viaje a Tenerife se lo propone a Amaya Bilbao, una empresaria de casas rurales. Y rápidamente se pusieron manos a la obra para diseñar con un astillero de Girona el Spirit of the Sea, el primer barco de avistamiento de cetáceos que inició sus operaciones en Gran Canaria en 1999. La embarcación ha cumplido este mes 25 años de actividad, un cuarto de siglo que ha dedicado a mostrar delfines y ballenas a los ojos de Europa. "Hasta los turoperadores nos decían que estábamos locos".

Fue el 4 de mayo de 1999 cuando el Spirit of the Sea realizó su primera salida con turistas desde su base de Puerto Rico, aunque días antes Javier y Amaya hicieron un recorrido de reconocimiento de toda la zona. Aunque Javier casi ni lo recuerda. "Tenía que estar atento a cómo iba el barco y cómo estaba la gente, pero aunque no recuerde demasiado tenemos claro que desde el inicio hasta hoy si algo nos motiva es la ilusión de la gente al encontrarse con esos bichos", señala.

Diseño

Diseñaron un barco de 15 metros de eslora, casi siete de manga y capacidad para 120 personas, con hidrófonos para poder escuchar a los cetáceos, una cámara submarina en uno de los cascos para verlos bajo el agua, un fondo de cristal y una cubierta abierta al mar. "No se traba de ganar dinero a toda costa, sino que la gente disfrutase de la experiencia", relata el empresario.

La embarcación ayuda a la comunidad científica con varios proyectos con la ULPGC y la Plocan

El barco se adentra unas seis millas y según la época puede avistar hasta 11 de las 30 especies de cetáceos que se han identificado en Canarias, entre ellas el delfín mular, el delfín de vientre rugoso, el delfín gris, el delfín listado, el delfín moteado, el calderón tropical o el rorcual tropical. Y ante ellos, la tripulación traslada a los visitantes algunas pinceladas sobre aquellos animales marinos. "No vamos a un acuario a ver un delfín saltar, sino que queremos que la gente aprenda, aportamos conocimiento", cuenta Javier Zaera.

El Spirit of the Sea momentos antes de zarpar, este jueves.

El Spirit of the Sea momentos antes de zarpar, este jueves. / Juan Castro

La actividad de esta embarcación no es solo turística sino que además colabora con la comunidad científica a través de proyectos con la ULPGC o la Plocan sobre el estudio de cetáceos o la toma de muestras para analizar la presencia de microplásticos en el mar, y con charlas formativas e informativos a distintos colectivos. «Para nosotros es fundamental poder aportar a la ciencia y que todo sirva para mejorar la conservación del medio ambiente», apunta el empresario, quien destaca que la actividad es escrupulosamente respetuosa con el entorno al no acercarse en exceso a los animales para no perjudicarlos. De hecho, es la única embarcación de la isla que pertenece a la World Cetacean Association y posee la bandera de Barco Azul por su labor en el avistamiento responsable. En sus 25 años ha rescatado a más de un centenar de tortugas atrapadas en redes, a las que ha trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre.

El Spirit on the Sea abrió un camino en el que se han embarcado hasta ocho barcos que ahora realizan la misma actividad y que además creó escuela, porque desde sus comienzos por él pasaron en prácticas numerosos patrones y marineros que ahora trabajan en el sector en Gran Canaria. A futuro, Javier y Amaya pasan a un segundo plano y dejarán toda la responsabilidad de la empresa a su nueva gerente, Gloria Muñoz, quien recoge el testigo con la idea de reimpulsar la digitalización de la compañía y con la intención de lograr nuevas certificaciones de calidad.