Seguridad

La Policía Local denuncia a 253 personas en agosto por vertidos junto a los puntos limpios

Los agentes vigilan las inmediaciones de los dos puntos limpios de Las Palmas de Gran Canaria mientras permanecen cerrados de manera alterna por mantenimiento

Miércoles. Cuatro y media de la tarde, una furgoneta de color blanco se acerca hasta la puerta del punto limpio de El Batán. Nada más llegar, descubre que el recinto se encuentra cerrado por obras de mantenimiento. Durante unos minutos titubea ante el cartel hasta que finalmente decide abrir la parte trasera del vehículo y dejar junto a una montaña de basura previa los restos de una luminaria, una bolsa plástica y otros desperdicios. La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria lleva todo el mes sancionando decenas de casos como este en las inmediaciones de los dos complejos de recogida de residuos que gestiona el Cabildo. Concretamente: 253 personas denunciadas en cuatro semanas, 8,4 al día.

La lucha contra los vertidos ilegales de escombros, restos y trastos en espacios públicos de la capital está siendo uno de los principios objetivos de la Unidad de Mediación y Convivencia (UMEC). Esta sección de la Policía Local capitalina nació en febrero del año pasado con el propósito de recuperar el patrullaje de barrio y de especializarse en delitos de tipo medioambiental. Los agentes trabajan normalmente peinando los cinco distritos y bajo la colaboración ciudadana -mediante un número de whatsapp habilitado para tal efecto-. A este metodo se le une el de la estrecha colaboración con el Servicio de Limpieza y el área de Medio Ambiente del Cabildo.

Durante el mes de agosto el Cabildo ha aprovechado la menor actividad estival para acometer mejoras de mantenimiento en los dos puntos limpios que gestiona en Las Palmas de Gran Canaria. El que está situado en El Sebadal cerró la primera quincena de mes y el de El Batán hizo lo propio en la segunda, por lo que en todo momento uno de los dos permaneció operativo como alternativa. Pese a esto, las actitudes incívicas se han multiplicado, de tal manera que la basura se acumulaba en la puerta de ambos y en las inmediaciones pese al control policial.

«Si detectamos que llevan sacos y creemos que van a tirarlos en otros sitios los seguimos»

«El Cabildo pide nuestra colaboración precisamente para evitar este tipo de imágenes», señala Alejandro Díaz, oficial de la UMEC. «Si no actuáramos la basura se acumularía de manera desorbitada a las puertas de los puntos limpios», resalta. Y es que en estos casos, se produce además «un efecto llamada», precisa, «si ven basura es como invitarle a que tiren más». Pese al dispositivo policial -en el que les invitan a retirar los residuos tras cometer la infracción- las imágenes de escombros, muebles y hasta mamparas de ducha desperdigadas a las puertas del recinto de El Batán se han repetido estos días.

Según datos facilitados por el Consistorio, la unidad ha puesto en este periodo un total de 344 propuestas de sanción, que a su vez han afectado a 253 personas. De estas, 238 han sido en El Batán -155 por vertidos en la vía pública y 73 por tráfico- y 106 en El Sebadal -98 y ocho respectivamente. Esto hace una media de unas 11,4 multas diarias durante este último mes. Pero lo cierto es que ha habido días en los que esta cantidad se ha visto superada con creces. El pico se produjo el 21 de agosto, en el complejo situado en Barranco Seco, cuando los agentes pusieron hasta 44 denuncias en menos de 24 horas.

Por hacer una comparación, la UMEC multó en su primer año de funcionamiento a 113 personas por vertidos ilegales -de febrero de 2022 a enero de este año-. «Por el método que empleamos habitualmente para combatir este tipo de delitos [mediante la colaboración ciudadana vía whatsapp o el patrullaje diario de los agentes] necesitaríamos más de dos años para tener este nivel de incidencia», precisa Díaz.

Desde 150 euros

«Los lunes es el día que más actividad hemos notado», apunta el agente. No obstante, en hora punta -a partir de las cinco de la tarde- se han puesto hasta cuatro sanciones en menos de una hora. La cuantía de las multas es variable. Díaz indica que oscila en función de la normativa que se aplique. La Ley de Residuos canaria, aprobada en 2022, establece sanciones a partir de los 2.000 euros. En cuanto a la ordenanza municipal de Limpieza de la capital, las sanciones leves son de 150 euros en el caso de los trastos, enseres, restos de poda, pudiendo reducirla a 75. Depositar escombros en un espacio público, en cambio, supone un coste de 300 euros.

Además, los infractores deberán hacer frente al pago de la factura que les pase el Servicio de Limpieza por recoger sus desperdicios. Díaz recalca que cada vez que proponen para sanción a un ciudadano «le damos la posibilidad de recoger ellos mismos lo que han dejado y ahorrarse esta cuantía». Esto «ayuda a mantener la calle limpia», aclara. No obstante, muchos son los que prefieren no molestarse en retirar lo que han dejado tirado.

En la imagen, vista de dron del exterior del Punto Limpio de El Batán.

En la imagen, vista de dron del exterior del Punto Limpio de El Batán. / ANDRES CRUZ

Miércoles. Cinco de la tarde. Pasan unos minutos desde la última sanción en el punto limpio de El Batán. Al rato, los agentes observan mediante un drone que les facilita el trabajo una furgoneta de gran tamaño vinilada. El conductar baja para ver por qué está cerrado el punto limpio. A los pocos segundos, aparece un segundo coche, hablan entre ellos y, finalmente, ambos deciden irse. «Esta es una situación bastante común», explica Díaz. Menos de un minuto después llega otro vehículo de gran tamaño. Este sí decide dejar sobre el montón de basura unas bolsas y varios objetos. Emprende el viaje y los agentes lo identifican para sancionarlo cerca de allí. Pese a advertirle de la multa que le pasará Limpieza, este decide seguir su camino.

El dispositivo que han desplegado -y que normalmente opera durante todo el año los días que cierran los puntos limpios- está formado por dos vehículos, generalmente. Uno de estos va de incógnito, por lo que no es distinguible. Ambos se mueven por las inmediaciones de los dos recintos medioambientales, de tal manera que puedan abarcar un amplio espacio a la redonda. «Si detectamos que llevan sacos de escombros, por ejemplo, y creemos que van a depositarlos en un lado cercano los seguimos», resalta Díaz, «si vemos que toman ciertas direcciones abortamos misión porque entendemos que vuelven a casa o van a otro punto limpio, pero también los hemos pillado dejando la basura en otros puntos».

El interior de Barranco Seco, pasadas Las Brujas, es uno de los puntos predilectos para quienes quieren ir al punto limpio de El Batán y el recinto está cerrado -o no admiten los residuos que llevan por exceso o por el tipo de material-. También calles -no necesariamente solitarias- de los barrios de San Juan -la subida a la Batería-, San Roque o el propio Batán y El Secadero. En el caso de El Sebadal, los agentes indican que aprovechan las calles del polígono industrial si coincide con las horas de poca actividad, además de determinadas vías en la parte alta deLa Isleta.

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