La demora del pabellón de Jinámar aumenta tras otro parón de la obra

Las obras de construcción del pabellón polideportivo del Valle de Jinámar, en Las Palmas de Gran Canaria, llevan más de dos semanas paralizadas, una circunstancia que aumenta la demora en la terminación del equipamiento.

El Ayuntamiento ha atribuido la parálisis, que calificó de «momentánea», a la necesidad de modificar el proyecto, aunque no aclaró en qué consisten los cambios. Los trabajos, que se iniciaron en febrero de 2022, según figura en el cartel oficial de la obra, tiene un periodo de ejecución de 14 meses y debían haber terminado el pasado mes de abril, pero en estos momentos sólo están construidos la estructura y los muros exteriores del edificio. Esta no es la primera vez que las obras están paralizadas. En octubre pasado, la actuación sufrió un parón, que fue negado desde el Gobierno municipal, cuyas fuentes aseguraron que se estaba analizando la posibilidad de modificar el proyecto.

Las fuentes municipales señalaron hace dos semanas que la dirección facultativa de la obra, a cargo de la empresa municipal Geursa, está elaborando «un modificado. Se están haciendo los trámites administrativos necesarios para reanudar la obra, que es prioritaria dentro de los objetivos de gobierno». Esta ha sido la única respuesta del Gobierno municipal a las preguntas de esta redactora.

El consistorio asegura que el polideportivo es prioritario para el Gobierno municipal

Aunque el solar de la obra fue vallado en todo su perímetro para garantizar la seguridad del interior, se pueden apreciar huecos en la parte situada frente al parque de La Condesa, debido al derrumbe del talud en el que se asentó la cerca de metal.

La mejor oferta

La obra, que salió a concurso por 2,99 millones, fue adjudicada en 2021 a la empresa Comsa SAU, por 2,60 millones, al presentar la empresa la oferta más barata tras rebajar en 397.184 euros el precio de licitación, un 14% menos.

Durante la detención de las obras del año pasado, las fuentes municipales aseguraron que se estaba analizando una posible modificación del proyecto. Al respecto indicaron que la empresa había reclamado una modificación del presupuesto al considerar que había un desfase de algo más de 600.000 euros, entre otras cosas, por el alto coste de las materias primas, una apreciación de la que discrepó la dirección facultativa. La empresa, que argumentó que estaba perdiendo dinero, llegó a pedir entonces la suspensión del contrato, una solicitud que el Instituto Municipal de Deportes (IMD) no aceptó, al tiempo que instó a la compañía a continuar los trabajos y terminar el pabellón con las calidades previstas. Los vecinos aseguran que la empresa, que también está realizando las obras del polideportivo de San Lorenzo, llegó entonces a retirar la grúa que había instalado en el solar de Jinámar.

Según las mismas fuentes, las obras tardaron en arrancar, tras la adjudicación, y en los primeros meses llegaron a acumular un retraso de un 40% sobre el calendario establecido. El pliego del concurso señala que, de acuerdo con la ley, las obras «no tendrán derecho a la revisión de precios, al no superar los 24 meses de plazo de ejecución». Este periódico ha intentado hablar, sin éxito, con la empresa Comsa para saber su versión de los hechos.

Hasta ahora sólo se han realizado los cimientos y los muros exteriores del edificio

Tras el parón de octubre, las obras se reanudaron, se concluyeron los cimientos y se terminaron los muros exteriores del edificio, hasta que se detuvieron hace varias semanas.

El pabellón deportivo de Jinámar se está construyendo en una parcela de 1.370 metros cuadrados situada entre las Ramblas y el parque de la Condesa, junto a al campo de fútbol Mundial 82. El proyecto contempla la construcción de un espacio multiusos, una pista de fútbol sala, otra de baloncesto, tres canchas de minibasket y cuatro de voleibol. Además tiene una zona para vestuarios, aseos de pista, enfermería y cuartos de instalaciones.

Junto al pabellón, el Ayuntamiento tiene previsto construir, en una nueva fase que hay que sacar a concurso, una piscina de 50 metros de largo, homologada para competiciones federadas, que puede flexibilizar sus usos para hacer compatible la actividad deportiva con la lúdica. Para ello se instalará un sistema que permitirá cambiar la profundidad en una zona del vaso para facilitar la actividad deportiva con la lúdica.

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