El 84% de los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria cree que el alquiler vacacional encarece la vivienda

Los vecinos perciben en una encuesta elaborada por el Ayuntamiento que el rechazo al turismo es mínimo

Pedro Quevedo indica que «no hay turismofobia» en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria

La puerta de una vivienda vacacional registrada en Las Palmas de Gran Canaria.

La puerta de una vivienda vacacional registrada en Las Palmas de Gran Canaria. / Juan Castro

El 83,6% de los vecinos de Las Palmas de Gran Canara cree que el alquiler vacacional encarece el precio de la vivienda y más de la mitad considera que aumenta el coste de la vida en general. Este es uno de los principales datos que se desprende de la encuesta 'La población de Las Palmas de Gran Canaria ante el fenómeno del turismo' elaborada por la concejalía de Turismo, dirigida por Pedro Quevedo, y desvelada a los medios este martes. La muestra fue realizada entre el 26 de febrero y el 11 de marzo del presente año mediante llamadas telefónicas a 1.201 residentes repartidos por los cinco distritos de manera proporcional a la población de cada uno de ellos.

La encuesta desvela que, en líneas generales, los vecinos consideran que el rechazo al turismo es mínimo, del 5,1%. Cifra que asciende al 17,1% si se tiene en cuenta la desafección "sólo en algunos casos", es decir, 22,9 puntos por debajo del anterior estudio realizado en 2019. Quevedo señaló durante la presentación que en la ciudad "no existe turismofobia". Aunque sí puso énfasis en la visión que tiene la población de los costes y beneficios del alquiler vacacional, donde la balanza se decanta por el lado negativo, y que estos datos están sujetos a la capital donde hay un turismo urbano y no de sol y playa, "en otros municipios serán muy diferentes".

Puestos de trabajo precarios

Los encuestados señalan que los alquileres vacacionales dificultan el acceso a la vivienda y encarece los alquileres -opinión que comparte el 78% de los vecinos-. La percepción con respecto a hace cinco años es muy similar. En cuanto al empleo, el 37,6% piensa que produce puestos de trabajo precarios y el 30% directamente que los destruye en hoteles ya existentes. En este último apartado, los vecinos han mejorado su opinión. Además, el 58,8% cree que este tipo de alojamientos favorecen que el barrio esté en mejor estado, un 10% más que en 2019. El 46% piensa que supone una ayuda económica a las familias.

Pedro Quevedo junto al sociólogo Juan del Río en la presentación de la encuesta.

Pedro Quevedo junto al sociólogo Juan del Río en la presentación de la encuesta. / Tony Hernández / LPA Visit

En estos cuatro años ha aumentado el número de vecinos que piensan que los alquileres turísticos deberían estar prohibidos en edificios residenciales: la cifra ha pasado del 15,8 al 20,4% de los encuestados. En cambio, desciende en 25 puntos quienes creen que está mal regulado -del 61,6 al 36,4%- y crece quienes consideran que no saben si este fenómeno está correctamente regulado o no -del 7,4 al 20,6%-.

Además, el 29 y el 24,5% creen que estas viviendas provocan la expulsión de los residentes habituales de un barrio y problemas de convivencia, respectivamente. Estas cifras han mejorado con respecto a 2019 -la percepción entonces era del 50,1 y del 39,4% resoectivamente-. Pese a estas mejorías, la opinión generalizada a cerca del alquiler vacacional sigue siendo negativa para poco más del 50% de los vecinos de la capital grancanaria. Y es que la visión que se tiene de este fenómeno en cuanto al acceso a la vivienda es claramente negativa, en contraste con otros aspectos de la encuesta más equilibrados en la balanza.

Encarecimiento del coste de la vida

Por otro lado, nueve de cada diez encuestados señalan que el turismo genera puestos de trabajo; pero, al mismo tiempo, el 39,8% de los vecinos consideran que estos son de mala calidad. El 91,2% apunta que el sector genera riqueza económica; no obstante, el 38,6% indica que beneficia a empresas de fuera de las Islas. Además, el 79,8% resalta que el turismo permite mejorar la oferta de ocio y cultura de la ciudad. En el otro lado de la balanza, destacan de manera negativa la dificultad a la hora de encontrar vivienda en la ciudad (55,4%) y el encarecimiento del coste de la vida (61,9%), dos cuestiones ligadas en parte al alquiler vacacional.

Entre las personas que perciben algún tipo de rechazo hacia el sector, destacan los que lo asocacian al turismo juvenil e irrespetuoso, aquel que se asocia con el popularmente conocido como «turismo de borrachera». Este le causa desafección al 36,6% de quienes han indicado que este sector les provoca molestias. El 25,9% resaltó «otras respuestas», entre las que se incluyen los cruceristas, los grafitis, no respetar las infraestructuras, zonas en las que se acampa sin permiso, el turismo inglés o el italiano.

El sociólogo Juan del Río resaltó en la presentación que hay dos factores que explican este descenso en la percepción de rechazo al turismo. Por un lado, haber vivido el cero turístico durante la pandemia y lo que suposo al no haber una alternativa -el 31% de los capitalinos trabaja o tiene un familiar en este sector-. Por otro, a comienzos de 2019 la «turismofobia» era a nivel español «un tema de actualidad» que copaba los medios de comunicación con diferentes situaciones de este tipo que se vivieron en Barcelona o Mallorca..

Pedro Quevedo: "¿Dónde están los cientos de inspectores que harían falta?"

"No tengo nada en contra de las viviendas vacacionales. Ahora, sí estoy en contra de que no esté regulada y en contra de que haya tenedores de 500 viviendas", resaltó Pedro Quevedo durante la presentación, "la Constitución española y el Estatuto de Autonomía de <u>Canarias</u> prohíben las actividades especulativas en relación con la vivienda". Subrayó además que debe ser "fundamental separar lo residencial de lo turístico". Con respecto a la Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Viviendas que está tramitando el Gobierno autonómico, resaltó, como en otras ocasiones, "que la música está bien", pero cuestionó que se pueda llevar a cabo: "¿Dónde tenemos los <u>cientos de inspectores e inspectoras</u> que harían falta? Necesitamos un acuerdo más amplio". Es más, matizó que el anteproyecto "no sienta ninguna prohibición clara".