Drag Inkill: «La semana previa a la preselección casi tiro la toalla»

Inkill, una de los "drags bebés" que ha parido esta edición de la Gala Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, intentará redimirse después de una preselección que, en sus palabras, "no salió como imaginaba". Su espectáculo, diseñado en vestuario por Josep López y Sergio León (Drag La Tullida), se titula ‘En nombre de la democracia’ y ocupa el cuarto lugar entre los 13 drags concursantes de este año.

Ha participado otras veces en actos de Carnaval, pero nunca como drag.

Me dedico a la danza contemporánea y trabajo como instructor. Fui bailarín de un drag durante 5 años. Desde el 2008 hasta mi último Carnaval en 2013, bailé para Drag Eiko.

¿Por qué ha decidido dar el paso ahora?

Siempre me han gustado las artes escénicas. Tengo mi propia compañía y además soy intérprete en compañías tanto de Canarias, como de Barcelona y Alemania. Hubo un momento de necesidad de cambio. Por motivos personales, no estaba del todo de acuerdo con el sector de las artes escénicas y había una necesidad de innovación. En medio de este proceso surgió el drag. Es algo que siempre me ha apasionado, el ser drag es una fantasía que siempre he llevado incluso en el silencio.

¿Quién le animó a presentarse?

Mi pareja. Empujado por él estoy ahora aquí metido en este barco.

¿Conserva este proyecto de danza?

Lo aparqué antes de que llegara el drag. Por supuesto es mi trabajo y tengo que pagar el alquiler, por eso sigo haciendo cosas. Sobre todo mantengo las clases. Digamos que he tenido bastante buena suerte después de la pandemia. Que en realidad no es buena suerte, es trabajo duro, ¿no? Ha sido perseverancia. Estoy en este proceso de pausa, desde hace ya tiempo. Y sí, por supuesto que cualquier función que me salga, allá que voy, pero ya no me planteo generar espectáculos nuevos.

¿Se ve en algún momento trabajando en una profesión no artística?

Intentaría que no, porque esto es lo que he hecho toda mi vida. Empecé a bailar a los 12 años y a los 18 estaba trabajando. Siempre voy a intentar navegar en el arte, sobre todo lo que tiene que ver con el cuerpo y con lo escénico, pero de diferentes maneras. Mira, por ejemplo, yo empecé con las danzas urbanas hasta los 23 años. Desde los 23 hasta ahora, mi foco ha sido la de la danza contemporánea, hasta que he decidido hacer drag. En la diferencia está la riqueza.

¿Diría que trae una propuesta drag muy centrada en la danza?

A ver, me muevo, bailo... pero el foco no está en la danza, sino en la narrativa. Me he preocupado por que el espectáculo tenga un sentido de principio a fin.

¿Qué podrá ver el público en su número?

El proceso creativo ha sido lo más difícil que he hecho nunca. Yo sabía que el mundo del carnaval es complicado, pero es que hemos tenido muchísima mala suerte con muchos detalles. Un trabajo que debía haberse hecho en dos, tres meses, se hizo en tres semanas. Fue una locura. La última semana casi tiro la toalla. Pero bueno, la realidad es que estamos en la final. Eso quiere decir que el jurado vio algo, a pesar de que la preselección no salió como yo quería que saliese.

¿Qué cree que le faltó?

Le faltó Inkill. Falté yo, que es lo más importante. Además de pulir ciertas cosas como de la escenografía y de la coreografía. Yo tuve una sensación de casi resignación sobre el escenario. Y fíjate que estoy acostumbrado a subir a escenarios, pero esa sensación... rara vez la he sentido. Claro, es que tuve inconvenientes incluso dos horas antes de subirme al escenario. Y además estaba cansado. Yo viendo el vídeo me veía casi que irreconocible. Un cuerpo cansado de estar noches sin dormir. Faltó estar entero, de disfrutarlo, matarme defendiendo la propuesta y dando igual las condiciones del escenario.

¿Estas semanas han servido para pulir cosas que no salieron?

Sí, y de descanso. Si uno no está descansado, si uno no para la máquina y ve las cosas con un poco de perspectiva no es capaz de apreciar esos pequeños detalles que fallan. Han sido unas semanas de reflexión y de descanso.

¿Qué significa para usted estar en una final de la Gala Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria?

Son muchas cosas. Lo primero es que soy de Gran Canaria, pero llevo diez años viviendo en Tenerife. Y es que además el mundo en el que me he movido es totalmente diferente al mundo del carnaval. Para mí es muy especial porque es casi que volver al origen. Es volver primero a casa, a Gran Canaria, y segundo volver al Carnaval, que es algo con lo que fantaseaba desde pequeño siempre.

¿Y lo segundo?

Que el jurado ha visto algo especial en la propuesta. Quiero creer que esa narrativa de la que te hablaba ha sido una buena apuesta. Sin quitar ese espectáculo drag, que se vea cómo nosotros nos rompemos un poco la cabeza para generar algo que va más allá de un concurso de talento.

Ahora vive en Santa Cruz de Tenerife.

Sí. También estuve un año viviendo en Alemania. De hecho, me pasaba mi vida viajando hasta el año pasado.

Entonces tuvo que desplazar su fantasía entera para la preselección.

Exacto.

¿Y se quedó en Gran Canaria?

Sí, la realidad es que tuvimos suerte porque este año -antes creo que no era así-, la organización del Carnaval nos permitía dejar todas las escenografías de los finalistas ahí en una carpa de Belén María. Eso nos alivia muchísimo porque se queda ahí lo grande y no tenemos que estar con gastos extras de alquileres de furgón, camiones para desplazarlo todo... Es toda una logística que ha sido un mundo. Aunque en edad pueda ser mayor que muchos de los otros compañeros participantes, soy una bebé drag.

¿Se plantea cambiar la metodología para futuras ediciones?

Totalmente. De esta primera experiencia estamos aprendiendo y cogiendo recortes. Por ejemplo, consideramos que la logística de la escenografía debería hacerse de otra manera. Ya que tengo casa en Gran Canaria y contactos, así que probablemente la parte más dura y más complicada de trabajar, en este caso la escenografía, podría hacerse perfectamente en Gran Canaria en el futuro. Uno va aprendiendo con la experiencia.

Consiguió patrocinador en verano, La Bowie Bar.

Una de las dueñas de la Bowie es amiga. Ella no tenía ni idea de qué iba a ocurrir ni sabía que yo estaba buscando una empresa patrocinadora. Tuve la idea en marzo. Y claro, a mí esas cosas me dan bastante respeto, sobre todo cuando se mezclan amistades con vínculos laborales. Soy de los que piensan que cada cosa es su lugar. Fue un sí rotundo cuando se enteró, y en este caso, ella ha sabido hacer esa separación y poner esas barreras para señalar dónde queda el terreno personal y el terreno profesional. También es directora escénica, así que ha sido mucho más empática con los procesos de trabajo a la hora de cómo acompañarnos.

El proceso habrá ido como la seda entonces.

Sí, de lo único que me arrepiento es de no habérselo dicho antes.

Y cuenta con dos diseñadores.

Tanto Sergio León como Josep López son gente que entiende de Carnaval. Sergio es Drag La Tullida, es decir, una persona muy experimentada. Ambos han acogido el proyecto como si fuera de ellos, han sido mis padrinos. La realidad es que no hay dinero ni premio que les pueda compensar tanto.

Cuando explica que Ron Guajiro, Encaro Factory, Mandrágora y los licores Plata o Plomo también han puesto de su parte, ¿quiere decir que son empresas no patrocinadoras, pero que le han echado una mano?

Exacto. Sí, hay algunas empresas que han hecho pequeñas aportaciones. Eso va desde lo económico hasta cesiones de espacios de trabajo. Por ejemplo, Encaro Factory es una productora que tiene un local inmenso y tuvimos la suerte de estar trabajando allí una semana y simultáneamente se trabajaban las cenografías, el vestuario... Lo mismo con Mandrágora, también es un espacio de trabajo escénico. Plata o Plomo y Ron Guajiro han sido esas otras empresas que han hecho pequeñas aportaciones. Estamos todos en el barco.

Si tuviera que decidir entre el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y el de Santa Cruz de Tenerife, ¿con cuál se queda?

Con el carnaval de Tenerife. Sin ninguna duda. Por el significado que tiene la gente del carnaval, su manera de entenderlo. Si aquí la gente no se quejara tanto... Fíjate que yo soy de esas personas que a mí no me fascina el carnaval. No preparo disfraces con meses de antelación, pero entiendo que es una fiesta tradicional. Tiene un reclamo monumental y la realidad es que el Archipiélago no se caracteriza por ser islas de ocio, así que para algo de ocio a lo bestia que existe me da pena que siempre haya gente que intente buscarle las cuatro patas al gato. Aunque para mí el carnaval de las Palmas es y será siempre la Gala Drag.

¿Qué opina de la mudanza del Carnaval?

Es muy triste lo que ha pasado. Cómo se ha tenido que ir mudando el carnaval, pero bueno, esperemos que en los próximos años se busque alguna solución. Me da pena porque este cambio que ha habido ahora lo ha tenido que gestionar todo la nueva directiva con todo un equipo nuevo. Ha sido un lavado de cara absoluto del Carnaval.