Crimen histórico en Gran Canaria

El asesino grancanario que mató a su prima por despecho y se escondió en el monte durante semanas

Nicolás Pulido asesinó en 1931 a su prima María del Pino el día de la Romería de San Roque, en Firgas

Fotografía histórica de Firgas

Fotografía histórica de Firgas / LP/DLP

Héctor Rosales

Héctor Rosales

Firgas vivió en 1931 un crimen que conmocionaría no solo al municipio sino a toda Gran Canaria y sería recordado entre generaciones. En un contexto de inestabilidad política causada por la proclamación de la II República Española, tuvo lugar un asesinato entre familiares que generó un gran revuelo y llegó incluso a traspasar las fronteras isleñas.

Nicolás Pulido asesinó a su prima María del Pino y dejó malherido a Juan, el hermano de esta, para luego escapar y vivir durante varias semanas entre cuevas y riscos de la cumbre grancanaria.

Todo sucedió el día de la Romería de San Roque. Ese domingo 16 de agosto por la noche Nicolás Pulido "disparó un tiro de revólver contra María del Pino, dándole además una puñalada y cuatro a un hermano de esta". De esa forma se lo comunicó el alcalde de Firgas al Gobernador Civil la mañana siguiente.

No tardaron los diferentes medios de la época en hacerse eco de lo que había pasado en la Cuesta del Álamo, lugar donde tuvo lugar el asesinato. Aunque algunas narraciones difieren notablemente entre sí y nos encontramos con varias contradicciones en ellas, todas convergen en lo importante: Nicolás mató a María del Pino por celos, por despecho.

El suceso trascendió a las Islas y la información llegó hasta diferentes medios peninsulares. El primer recorte de prensa que nos encontramos es el del periódico Sol de Madrid, que titulaba: "Mata a su prima, deja en estado agónico a un hermano de ella y se interna en el monte".

Esta pieza explica que María del Pino y su asesino Nicolás, "que venía pretendiéndola", bailaron juntos en la romería. Fue entonces cuando "le declaró su amor", no siendo correspondido. Cuando la joven volvía caminando a su casa junto a su hermano, ya acabada la fiesta, Nicolás empezó a discutir con ella y terminó disparándole. Ya en el suelo la remataría con una puñalada.

La Prensa de Tenerife fue el primer periódico canario en hacerse eco del suceso.

La Prensa de Tenerife fue el primer periódico canario en hacerse eco del suceso. / Hemeroteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife

Diferentes versiones

Tres días más tarde, y después de que numerosos periódicos hubieran ofrecido ya su visión sobre lo sucedido, El Progreso, un diario republicano de Tenerife, recogió entre sus páginas la noticia del crimen. "Un drama de celos en Firgas", era el título de una pieza en la que por primera vez se reprodujeron, al más puro estilo folletinesco, el diálogo (se desconoce si real o no) que la fallecida mantuvo con su asesino.

El Progreso relató la cronología del caso de una forma diferente a lo que se había leído hasta ese momento. María del Pino y Nicolás mantenían un relación amorosa desde meses antes del crimen. Sin embargo, estas "no fueron bien vistas por el padre de ella, dado el carácter silencioso y agrio de Nicolás", según aseguraba el periódico chicharrero. En la disconformidad del padre de la víctima con la relación de los primos concuerdan la mayoría de medios de la época.

La pareja, tras una calurosa discusión días antes de la romería, había "roto definitivamente". El propio Nicolás amenazaría entonces a María del Pino con matarla en el caso de que aceptara casarse con otro.

Celos

El mismo día de la Romería de San Roque, por la mañana, la joven acudió a un baile en la sociedad "La Unión" donde también estaba Nicolás. Sin embargo, no cruzaron palabra. Ya por la tarde María del Pino volvió al evento, en el que estuvo durante un buen rato hablando y bailando con un vecino de Juncalillo que llevaba tiempo detrás de ella.

Nicolás, que rondaba el local pero no llegó a entrar durante la tarde, "habría visto" lo que estaban haciendo el joven de Juncalillo y María del Pino. Cuando acabó la fiesta volvieron todos a casa. La comitiva la encabezaban María del Pino y José Vega, el de Juncalillo. Pocos pasos detrás estaba Juan, hermano de María.

Nicolás, celoso al ver a su prima hablar de "forma amigable" con otro hombre, los alcanzó, sacó un viejo revólver y "disparó a quemarropa un tiro sobre ella". "Nicolás, seguidamente, quiso disparar de nuevo pero el arma falló y entonces, sacando un cuchillo de los llamados canarios que llevaba en la cintura, le dio una cuchillada en el pecho á su novia". Así lo narraron en El Progreso. Juan intentó detener al asesino con tan mala fortuna que terminó recibiendo varias puñaladas.

Huida

Tras acometer el crimen, Nicolás huyó rápidamente a su casa, se hizo con una escopeta y munición y se echó al monte. Las primeras hipótesis que se trasladaron desde la prensa fue la del suicidio pero no tardaron en desechar esta cuestión. No se supo nada más de él durante varias semanas. La Guardia Civil lo buscó durante días aunque nunca se acercaron a su escondite.

Después de 16 días de búsqueda, se tuvieron las primeras noticias de Nicolás. Al parecer, el joven se habría presentado arrepentido en la casa de un familiar de Valleseco y decidió dirigirse de motu proprio "al Juzgado de Vegueta" con el fin de entregarse.

El detenido había pasado semanas durmiendo en cuevas, teniendo que moverse a diario por lugares casi inaccesibles para evitar ser descubierto, según cuenta el periodista de El Progreso, que pudo hablar directamente con Nicolás el día de su detención. Todo esto se lo contaría después al juez.

Una pena favorable

El asesino intentó, ya en la cárcel a la espera de juicio, disculparse con la familia de la fallecida mediante una carta. Sin embargo, el padre de María del Pino y de Juan nunca lo perdonó.

Edición de La Gaceta de Tenerife del 30 de agosto de 1932 en la que se recoge el fallo del jurado.

Edición de La Gaceta de Tenerife del 30 de agosto de 1932 en la que se recoge el fallo del jurado. / LP/DLP

El juicio fue favorable para el joven asesino. Aunque el fiscal pedía la cadena perpetua, fue condenado a 17 años en prisión. Además, se le aplicó el indulto parcial concedido por el Presidente de la República con motivo de la proclamación de la II República Española.

Según recuerdan algunos vecinos de Firgas y recogió el escritor José Juan Sosa Rodríguez, Nicolás fue desterrado durante un tiempo y jamás volvió a Firgas mientras los padres de María del Pino vivieron. Solo lo hizo después de que ambos fallecieran.

Otros sucesos históricos

Si este suceso que forma parte de la Crónica Negra de Canarias, te ha gustado, aquí tienes otros para seguir profundizando en los crímenes de la historia de Canarias.