Los animalistas protestan contra la granja de pulpos en Las Canteras

El partido Pacma organiza protestas en 17 ciudades españolas y rechaza un proyecto «que llevaría al sufrimiento a esta especie»

Diversos colectivos animalistas protestaron este domingo contra la granja de pulpos que Nueva Pescanova tiene previsto implantar en el Puerto de Las Palmas. «Nos unimos para mostrar el mismo grito, rechazamos cualquier tipo de explotación animal y no queremos que se dé apertura a esta granja que llevaría al sufrimiento y la muerte a millones de pulpos», señaló Iris Sánchez, coordinadora del partido animalista Pacma en Las Palmas. Una veintena de personas se dieron cita en las inmediaciones de Playa Chica con el lema Free Octupus [Pulpos libres]; no obstante, la manifestación tuvo réplicas similares en 17 ciudades españolas -Madrid, Barcelona, Sevilla, Coruña o Bilbao- y en lugares tan distantes como Atenas, Ciudad de México o Londres.

«Queremos mostrar nuestro rechazo a la apertura de esta granja, que sería la primera del mundo», apostilló Sánchez. Según el partido animalista, el ser humano «ha condenado» a numerosas especies «a vivir una vida de infierno», por eso no pueden «permitir hacer lo mismo con los pulpos». La coordinadora de Pacma entiende que la planta que prevé instalarse en el Puerto de Las Palmas «abrirá la veda» a este tipo de acuicultura en otros sitios del mundo. «Abriríamos así una nueva puerta de maltrato animal».

El proyecto de Pescanova, que está pendiente del estudio de impacto ambiental del Gobierno de Canarias, supondrá la puesta en marcha de la primera planta comercial de cría y engorde de pulpos en el mundo. La multinacional gallega tiene previsto producir unas 3.000 toneladas anuales de este cefalópodo bajo una técnica de acuicultura que califican de «sostenible y eficiente» con el medioambiente. Para ello tienen previsto instalarse en una parcela de 52.691,51 metros cuadrados en la zona de La Esfinge.

Criar pulpos en cautividad es algo que los científicos llevaban décadas intentando conseguir; y es que el consumo de esta especie pasó de las 179.042 toneladas de 1980 a las 379.856 de 2019, según datos de Naciones Unidas. Pescanova lo logró en 2019 y a mediados de 2021 anunció su intención de desembarcar en la capital grancanaria. Esto ha provocado un intenso debate en la comunidad científica. El carácter solitario y la inteligencia de este cefalópodo son algunos de los argumentos en contra de la planta.

Pacma se manifestó en este sentido, «los pulpos son solitarios, imaginen condenarlo a vivir en un recinto cerrado y con otros individuos, esto les va a ocasionar graves daños a nivel psíquico y físico», apuntó Sánchez, «es muy miserable tener que encarcelarlos». Y es que, a juicio de los animalistas, el proyecto es «una aberración y un despropósito científico». Por otro lado, hay quienes consideran que criar esta especie en cautividad supondrá rebajar la presión sobre las poblaciones salvajes. De ahí que vean la acuicultura como una apuesta sostenible.

Aún así, Bruselas ha dejado en el aire la legislación que permitirá regular la cria de esta especie. La comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha reconocido que están preparando «una evaluación de impacto» pero ha evitado pronunciarse sobre la prohibición o no de esta técnica a preguntas directas de una eurodiputada del PNV. Al Ejecutivo comunitario le preocupa la presión que este cultivo hará sobre las poblaciones salvajes de peces que sirven de alimentación del pulpo. De hecho, Pacma advirtió este domingo de que todavía no existe una normativa específica que proteja a este animal.

Suscríbete para seguir leyendo